Iguacel insiste con el libre mercado en medio de críticas al rol de YPF

Después de dos semanas de marchas y contramarchas, el ministro de Energía, Javier Iguacel, unificó su discurso respecto al mercado de los combustibles y le entregó toda la responsabilidad a las petroleras. En un raid…

lunes 09/07/2018 - 11:37
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Después de dos semanas de marchas y contramarchas, el ministro de Energía, Javier Iguacel, unificó su discurso respecto al mercado de los combustibles y le entregó toda la responsabilidad a las petroleras. En un raid mediático que culminó el sábado a la noche con su aparición en el programa televisivo de Mirtha Legrand, el reemplazante de Juan José Aranguren reiteró que ya no hay intervención oficial en los precios de las naftas y gasoil, horas después de que la petrolera estatal YPF los aumentara un 1%, en lo que fue su segunda suba en seis días.

El sector sigue en estado de convulsión después de la devaluación que se inició a fines de abril, al mismo tiempo en el que el petróleo subió de u$s 67 hasta superar los u$s 80 por barril en Londres. Aunque formalmente es cierto que las productoras y refinadoras son libres de vender sus precios al precio que consideren justo, existen actores que se quejan del papel que juega YPF para contener a sus competidores.

Quejarse del rol de YPF es, en efecto, cuestionar el rol del Estado, que es, nuevamente desde 2012, el principal accionista (51%) de la petrolera.

Lo que sucede, según describen, es que «atemorizado por la caída en las acciones (YPF cayó más de un 20% en la segunda mitad de junio) y con un comienzo errático, Iguacel salió a contener el temor de los inversores con la idea de que el mercado es libre». Bajo condición de anonimato, esta fuente del sector continuó: «Hay libertad para exportar; formalmente no hay nada que imposibilite de subir precios, pero todos se guían por YPF, que concentra más del 55% de las ventas. Y si ellos aumentan un 1%, marcan el rumbo a los otros».

YPF produce lo que en la jerga se denomina «aguas arriba» casi la totalidad del petróleo crudo que refina y luego vende en las estaciones de servicio y en el canal mayorista, a diferencia de Shell, que debe comprarle a otras petroleras en Argentina o importar para satisfacer su creciente demanda. La empresa estatal está comprando el crudo a u$s 68 por barril, apenas un dólar más que en abril, cuando todavía los valores estaban alineados con el resto del mundo -según publica El Cronista-.

La competencia y sus restricciones, en este sentido, es clave. El resto de las refinadoras, con Shell y Axion a la cabeza, no pueden desviarse mucho más lejos del camino que tome YPF con sus aumentos; o, es lo mismo decir, dependen de la decisión del gabinete económico del Gobierno, administrador de la petrolera estatal.

Lo paradójico es que una de las críticas habituales a Aranguren fue que durante casi toda su gestión, que se prolongó por dos años y medio, la nafta en Argentina resultó ser la segunda más cara de la región, solo por debajo de Uruguay y en línea con Brasil y Chile. El acuerdo al que se vio forzado a firmar con las compañías llevó al país a tener durante semanas un litro de nafta súper a menos de u$s 1, el valor histórico, pero que ahora está alejado en un 25% de una situación de «real libre mercado».

Por este cuadro, lejos del ruido político y mediático que se genera en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, en el interior se empieza a sentir el desabastecimiento, agravado por la nula actividad de las refinerías de Trafigura en Bahía Blanca y la de Oil en San Lorenzo. Incluso, algunos por lo bajo ya plantean dudas sobre la viabilidad de los planes de inversión en Vaca Muerta si el Gobierno no termina de definir reglas claras y despejar la incertidumbre que generó la devaluación. ¿Podrá el Gobierno ayudar a contener el mal humor social o echará nafta al fuego con mayores incrementos en los combustibles?

Con todo, un indicador que muestra la respuesta del mercado es la venta de naftas y gasoil, que en mayo en su conjunto tuvieron la primera caída interanual después de 14 meses en alza. Además, los mayores incrementos que se dieron la semana pasada en las variedades premium hará observar a los privados cómo la demanda se ajusta, y si va a poder seguir cargándole nafta premium a sus vehículos o guardarán unos pesos en su bolsillo. La suba en torno al 20% en la comercialización de combustibles premium mutó en un alza de 10% en mayo, como primer indicio de una tendencia que se puede empezar a verificar en los próximos meses.

 

 

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