El aumento de las naftas está decidido pero desató una interna en el Gobierno. El cristinismo no quiere pagar el costo político del ajuste, aunque la vicepresidenta avaló el aumento. El ministro Martín Guzmán dijo que “hay que recuperar el valor estratégico de YPF porque está en una situación dramática”.
El inminente aumento en el precio de los combustibles es respaldado por las distintas vertientes que componen el Frente de Todos. Sin embargo, ayer se inició una carrera para zafar de los costos políticos que implica esa decisión.
Sectores del cristinismo no quieren que la vicepresidenta quede pegada a una decisión que puede sonar impopular. El ministro de Desarrollo Productivo. Matías Kulfas, explicó que» es un tema que se está analizando, el presidente lo comentó». «La nafta es importante. Está en el mismo valor de diciembre de 2019. No está todavía tomada (la decisión de aumentar) pero es una posibilidad», explicó.
Miguel Galuccio, ex presidente de YPF y dueño de la petrolera Vista, es persona de consulta de Cristina Fernández en temas de energía y de deuda. Aunque Galuccio talla en la mirada energética de la ex presidenta, quienes lo conocen dicen que no participó de la decisión de aplicar un aumento. Su figura despierta algunos recelos en el cristinismo más duro. Rechazan la idea que el empresario tenga influencia en Cristina Fernández. Otros, como el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, piensan lo contrario. Y lo hacen saber.
«El aumento es algo que deciden las empresas», explicó Martín Guzmán en una entrevista con Clarín. Pero el ministro fue más allá: “Hay que recuperar el rol estratégico de YPF. YPF está en una situación dramática” avalando así el aumento que se viene.
«A Cristina nadie la convence de nada . Cristina no aumenta nada . En todo caso, el Gobierno toma una determinación en conjunto con un propósito que va en línea con la ruta económica planeada», comentaron desde el cristinismo duro sobre el inminente incremento.
Sin embargo, los distintos sectores que componen el Frente de Todos tienen otra mirada del rol de Cristina en Energía. «Si ella no avala, no se puede hacer nada», comentó un funcionario en estricto off the record. «Al revés, cuando Cristina decide que hay que ir adelante con una decisión energética, el resto del Gabinete se acomoda«, agrega un empresario que siente afinidad con el albertismo.
La vicepresidente pudo no haber avalado el aumento, pero -al menos-, no lo obstaculizó. En diciembre, Guillermo Nielsen asumió como presidente de YPF. Una de sus primeras decisiones fue querer aplicar un aumento en los combustibles. No fue posible. Cristina Fernández se opuso y el presidente Alberto Fernández salió a negar el aumento. Ese aumento quedó descartado.
Como ex titular de YPF, Galuccio tiene sus ideas y recomendaciones para que funcione la petrolera. Son asuntos que ha tratado con Cristina Fernández de Kirchner. Galuccio es partidario de un aumento de combustibles, pero cerca suyo dicen que no lo habló puntualmente con la vicepresidente. Aunque Galuccio si le dijo a la ex mandataria que YPF necesita recomponer sus ingresos.
El decreto que estableció el barril criollo -un precio sostén para la producción local de petróleo- es un ejemplo del predicamento de Cristina Fernández de Kirchner en cuestiones energéticas. De un lado estaba Miguel Galuccio (que lo defendía), y del otro los cristinistas de YPF, Guillermo Nielsen (de YPF) y otros funcionarios energéticos.
El ministerio de Desarrollo Productivo empezó a estudiar la idea ni bien arrancó la pandemia. Sin embargo, allí no querían que fuera una decisión tomada a las apuradas. De repente, hubo una aceleración del proyecto. En público repetirán que fue un pedido de los gobernadores, como el neuquino Omar Gutiérrez. que lo estaba reclamando. En privado, algún funcionario desliza que «bajó la orden de avanzar a otra velocidad por parte del presidente Alberto Fernández».
Los vaivenes con el barril criollo también ilustran los sinsabores que viven hasta los mismos cristinistas con las decisiones de la «jefa». Los delegados cristinistas en YPF se oponían tenazmente a la idea, porque la encontraban onerosa e innecesaria, en sintonía con Nielsen. Hasta que fue nombrado Sergio Affronti como CEO de YPF y mutó la posición de la compañía.
Cristina Fernández eligió a Affronti por recomendación de Miguel Galuccio. Y el mismo empresario fue el principal defensor del barril criollo. Cerca de Galuccio no les gusta que el dueño de Vista sea observado como de alta influencia en Cristina. Según los competidores de Galuccio, ejecutivos de YPF y funcionarios actuales no ultralkirchneristas, Galuccio tiene acceso «privilegiado» a la ex vicepresidente.
Galuccio sugirió a Affronti como CEO de YPF, ya que había trabajado en un área sensible (Compras) durante su gestión. Cristina Fernández terminó impulsándolo. Galuccio sugirió el «barril criollo», que los kirchneristas rechazaron, hasta que les llegó la indicación que debían adoptarlo.
La próxima batalla de los cristinistas es por las tarifas. La vicepresidente no quiere avalar ningún incremento y así instruyó a los reguladores, como Federico Bernal (Enargas) y Federico Basualdo (Enre).
«Instrumentamos congelamiento de tarifas para dar espacio a la revisión y como encararlo de mejor manera. En ese marco estamos trabajando con la idea de poder generar tarifas razonables que permitan financiar el sistema, inversiones para calidad de servicios y que sean asumibles por los hogares e industrias. Estamos trabajando en un esquema que permita tarifas razonables y asumibles. Estamos en ese proceso», caracterizó Kulfas al proceso, dejando la puerta abierta para algunos incrementos.