Un pedido de liberación anticipada presentado por el padre Julio César Grassi, que está condenado por abuso sexual infantil, será revisado por el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón este jueves.
En 2009, el padre Grassi fue sentenciado a 15 años de prisión, por los delitos de abuso sexual agravado por ejercer el rol de sacerdote, estar encargado de la educación y la guarda del menor en víctima. En el juicio se comprobó que, en 1996, atacó a dos menores que estaban en la Fundación Felices los Niños, que él había creado.
En tanto, en 2017, la Corte Suprema dejó firme la condena y quedó alojado en el pabellón N°6 de la Unidad Penitenciaria N°41. Sin embargo, el sacerdote ahora busca adelantar su salida alegando buen comportamiento.
En este contexto, el abogado que representa a las víctimas, Juan Pablo Gallego, se mostró preocupado por esta presentación que tiene que tratar el TOC N°1 de Morón: «Voy a exponer y alegar los motivos por los cuales Grassi no puede salir. En primer lugar, porque el propio Código Penal establece que no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales, por otro lado, el acusado hizo ese pedido por escrito y el tribunal de alguna manera abrió el incidente a prueba, se le pidió una pericia psicológica a la cual él se opuso y por último, hubo mucho cabildeo con el informe carcelario», explicó en diálogo con Noticias Argentinas.
Más allá de esto, el letrado se mostró preocupado por esta situación e indicó que Julio César Grassi es muy «poderoso» y que siempre «aprovecha» para que le otorguen beneficios.
«Es muy importante que esto se haga a la luz del día, que no quede como algo clandestino», resaltó Gallego.
A pesar de estar detenido, el cura siempre se encontró en una situación de privilegio, se pudo recibir de abogado y decidió representará a sí mismo, algo que no habría ocurrido en otras causas.