El amor y la rutina muchas veces se tornan incompatibles en una pareja. María y Carlos sentían que todo se había hecho costumbre y que su relación estaba al borde del abismo. Como un manotazo de ahogado, un día decidieron agarrar el auto, la ruta y esperar que el destino los guíe. Nunca salieron de la provincia.
A pocos kilómetros de la Ciudad, el matrimonio encontró la respuesta que estaba buscando y desde allí todo se renovó. Hoy son la pareja viral que más conoce el interior de la provincia y dan sus mejores consejos para visitar los pueblos más lindos y a bajo costo, indica TN.
De la zona sur del conurbano; ella, profesora de geografía y él, fotógrafo. Se abrieron una cuenta de Facebook a modo de blog de viaje para que sus recuerdos queden en guardados, pero jamás se imaginaron todo lo que venía detrás.
Entre pueblos y parajes, esta historia de cuentos de hadas lleva más de 300 viajes hechos no solo en el interior de Buenos Aires, sino también en otras provincias del país. Todo, resumido en su cuenta de Instagram @viajarenfoco.
Un amor de toda la vida
“Nosotros éramos amigos de la infancia, vivíamos en la misma cuadra, crecimos juntos. Fuimos amigos en todas las etapas y después cada uno fue haciendo su vida hasta que con los años, ya de grandes, nos enamoramos. Yo ya tenía mis hijos, él los tomó como propios y ellos lo tomaron como padre. Construimos una familia, los cuatro. Ahora somos marido y mujer y también socios”, contó María a TN.
Sin embargo, a pesar del amor, todo comenzó a volverse costumbre. “En el 2015 empezamos a sentir que nuestro trabajo no dejaba huella, nos gustaba, pero sentíamos que no íbamos felices, que estábamos muy en la rutina, cansados y todo eso te lleva a discutir”, explicó.
A pesar de que se conocían hace tanto, se encontraron ante una crisis matrimonial que los angustió y quedaron al borde del abismo. Pero no tiraron la toalla, sino que optaron por aferrarse a un salvavidas: “Nos propusimos salir a la ruta los domingos. Con bizcochitos y mate en mano nos encontramos con otra Argentina, con una que nos conectó mucho con nuestras infancias”, sumó María.
Así, de a poco, cada pueblo que se cruzaban por la ruta los invitaba a entrar. “Empezamos a hacer fotos, a conversar con su gente que mantenía la costumbre de dejar la bicicleta en la vereda y me sigue emocionando porque sentíamos que volvíamos a cuando éramos chicos. Todo eso sigue pasando en nuestros pueblitos, a pocos kilómetros de la ciudad”, explicó María.
Y esta sintonía que encontraron, este nuevo escape del ruido y la cotidianeidad, aseguran, los salvó. “Nos sacó de toda esa crisis personal y matrimonial. Todo eso quedó en el olvido: nuestros vínculos con nuestros trabajos mejoraron un montón, nos sacó de la crisis y realmente nos salvó”, sostuvo Mary.
“Fue tan lindo lo que encontramos que empezamos a escribir lo que nos pasábamos cuando íbamos a esos lugares. Nos creamos un perfil de Facebook que era más una ambición personal: tenemos esto para que nos quede en la historia de que recorríamos pueblitos. Los volcamos en una página como blog de viaje y a la gente le empezó a gustar. Comenzaron a crecer los seguidores y nos empezaron a preguntar cómo llegar, a dónde ir y a pedir consejos de todo”, destacó.
Entonces, desde allí comenzaron a inspeccionar más, a contar más y disfrutar más. “Buscamos dónde comer, dónde dormir, empezamos a contar más sobre la historia y a la gente le gustó”, aclaró.
“Era tanto el crecimiento que teníamos que nos lo podíamos creer. En un momento Carlos me propuso hacer videos para Youtube y al principio costó, pero nos fuimos soltando más, comprando equipos para mejorar los videos y hoy tenemos este que para nosotros es un hijo (su perfil de Instagram), un sueño cumplido: poder viajar, hacer foco en estos lugares y darle protagonismo a estos pueblos que trabajan para la Argentina”, contó con emoción la protagonista de la historia.
Los mejores cuatro pueblos de la provincia de Buenos Aires
Aunque María aclaró que les cuesta mucho elegir algunos lugares por sobre otros, destacó los cuatros que más les llegaron al corazón. “Nos vamos emocionando y enamorando de cada uno porque a veces en internet no encontrás tanto y cuando llegas ahí resulta que tenés de todo”, explicó.
Cazón, el pueblo del millón de árboles. Pertenece a la localidad de Saladillo y cuenta con 200 habitantes. “Hace poco fuimos convocados por un matrimonio que tiene un domo como alojamiento. Es un pueblo con tranquilidad propia de los pueblos, pero cuando vamos no nos podemos ir. Su gente tan amable, su espacio rodeado de árboles. Tienen un vivero municipal, ¡es tan atractivo caminar por ese lugar!”, destacó Mary.
Villa Epecuén, partido de Adolfo Alsina. Se trata de un pueblo en ruinas que está deshabitado. “Nos atraviesa el alma. Fue una ciudad turística, balnearia, que se inundó y estuvo una década bajo el agua. Cuando bajó se empezó a ver todo lo que quedó y quienes van pueden ver las ruinas y lo escalofriante que es, como si hubiese caído una bomba”.
Reta, localidad balnearia del partido de Tres Arroyos. “Tiene médanos altísimos y una extensión de playa de 200 metros. Cuenta con una laguna que se hace en la línea de la playa que recibe tanta agua del mar como del arroyo. Tiene poquita profundidad y una gran biodiversidad”, destacó.
Quiñihual, partido de Coronel Suárez. “Ahí vive Pedro Mayer, el único habitante. No tiene luz ni teléfono. Atiende un almacén del pueblito que quedó abandonado luego del levantamiento de las vías y el cambio de la ganadería ovina por la vacuna. Cuando todos se fueron, él se quedó y tiene muchas cosas interesantes para contar”, destacó.
De todos ellos, María resaltó algo fundamental: “El amor con el que nos recibieron siempre”. “No podés decir que no a una torta frita, a una bondiolita, a la torta matera o embutidos. Es imposible mantener una rutina equilibrada. No solo pasa en los restaurantes o almacenes, sino que la gente te abre las puertas de su casa y te ofrece y si les decís que no es una ofensa. He probado todos los tipos de panes que hay”, contó entre risas.
Ante esto, insistió en que en los pueblos “la gente todavía confía en la buena voluntad de las personas”. “Siempre que vayas a un pueblo te vas a volver con alguna anécdota que no te vas a olvidar nunca. Tenés que vivir esa experiencia”, animó.
Turismo rural: de estancias con chef internacionales a viajes a bajo costo
“Lo que tiene de bueno el turismo rural es que hay para todos los gustos. Podés variar de hospedarte en estancias de lujo con chefs internacionales a hosterías sumamente económicas”, explicó María.
En Roque Pérez, a solo 135 kilómetros de la Capital, hay precios “super accesibles”. “Desde desayunos caseros en una hostería que tiene una suerte de cabañitas y spa con vista al campo, además de jacuzzi con ozonoterapia. Los precios son accesibles, está cerca de la ruta y podés pasar un finde de relax”, contó.
“También podés ir a un pueblito a pasar el día. Lo recorres y si no tiene lugares para comer te llevas tu vianda y comes en la plaza como sucede en Cazón, La Paz, Suipacha, Freire o la Cascada Cifuentes de Río Salado. Para los que recién empiezan en esta aventura de recorrer pueblitos de la Provincia les recomendamos que empiecen por los más cercanos”, explicó.
Curiosidades de los pueblos del interior de la provincia
En una de las estancias, María aprendió a hacer tiro al arco con Pascual, el dueño del lugar, y se enamoró del deporte. “Nunca pensé que me iba a sacar buena”, dijo entre risas.
También, aclaró, aprendió a manejar un tractor. “Esto es una bendición. Más allá de que nosotros tenemos que vivir y pagar el combustible, no sabemos cómo vamos a agradecerles a las personas tanto amor. Pascual se vistió de paisano para recibirnos, nos hizo una comida exquisita para que podamos disfrutar. Eso es amor, a nosotros nos salvó ese amor, ese cariño que te dan, que ves que cuando se emocionan lo hacen de verdad”, explicó.
“Mi miedo era que eso no traspase la pantalla, pero la gente nos escribe y nos dicen que los hemos hecho llorar, entonces creo que la misión está cumplida y nos podemos ir a dormir tranquilos sabiendo que la gente nos quiere”, agregó.
Hoy, la pareja se dedica al turismo rural y aunque de momento aseguran que no pueden vivir de esto, sino que solo los ayuda a solventar los gastos de viaje, a futuro planean poder volcarse de lleno a hacer foco en estos lugares que hacen al país.