Hace 4 años que es voluntaria independiente y hoy conecta ayuda con necesidad

«Cuando estuve con la idea de no seguir, me llegó un mensaje de una señora que donaba algo y otro de una persona que necesitaba lo que esa señora donaba. Lo tomé como una señal y arranqué mi camino”, explicó Alejandra Carrasco, quien se dedica a ayudar a quienes más lo necesitan en Comodoro. Por el Día Internacional de las Personas Voluntarias, compartimos su trabajo.

sábado 07/12/2024 - 7:43
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El 5 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de las Personas Voluntarias, una jornada dedicada a reconocer y agradecer el trabajo desinteresado de millones de personas que dedican su tiempo y esfuerzos a causas sociales y humanitarias.

Desde nuestra ciudad, celebramos la labor de Alejandra Carrasco, voluntaria independiente que hace 4 años se dedica a ayudar a quienes más lo necesitan. Alejandra inició su trayectoria en 2019 al trabajar en Fundación Sí y continuó su compromiso durante la pandemia. A partir de las restricciones, comenzó a trabajar de manera independiente.

En diálogo con El Comodorense compartió cómo surgió su interés por el voluntariado: “Siempre uno tuvo ganas de ayudar, pero a veces no tuvo el tiempo o la oportunidad» Este cambio fue impulsado por una seña: “Cuando estuve con la idea de no seguir, me llegó un mensaje de una señora que donaba algo y otro mensaje de una persona que necesitaba lo que esa señora donaba. Lo tomé como una señal y arranqué mi camino”.

 “Lo que me motivó a seguir fueron las señales de la vida, la gente que me acompañó, que cada vez fue más y confió en mi trabajo”, afirmó.

“Lo único necesario fueron ganas y amor”

Alejandra valoró cada paso en su camino «el hecho de que la gente confíe en mí desde el lugar de voluntaria y desde la red formada es hermoso. Conozco personas maravillosas con las que conecto desde un lugar especial. Trabajo con comedores y merenderos, más de 20, pero también con grupos solidarios como Dando Calor o el grupo Ser Mujer. Todos somos voluntarios con el mismo sentir; nos entendemos con solo mirarnos o hablarnos”, expresó.

Para ella, ser voluntaria no requirió necesariamente recursos económicos. “Lo único necesario fueron ganas y amor”, afirmó. «La colaboración también es hermosa; siempre digo que todos tenemos la posibilidad de ayudar sin necesidad de dinero. (…) Uno puede aportar su conocimiento o simplemente compañía; no se necesita tener un vehículo ni dinero. Puedes enseñar a coser o hacer panes; puedes ir al hospital a escuchar o animar un merendero con una fiesta” explicó.

“Cuando logras hacer feliz a alguien, eso es lo gratificante: cuando todo fluye y puedes cambiar un instante en la vida de una persona. Todo esto es positivo; hay días difíciles, pero siempre hay más cosas buenas que malas en esta tarea. A veces hay cosas difíciles pero nunca empañan lo bueno ni lo brillante del trabajo voluntario” destacó.

«Es difícil cuando no tenes para ayudar y tenes que decir que no»

También reconoció que a veces es difícil “siempre es complicado ver la carita de los chicos cuando necesitan algo y sus realidades. Es difícil cuando no tenes para ayudar y tenes que decir que no; es un trabajo interno que uno va haciendo a lo largo del proceso y creo que nunca se termina de aprender cómo decir ‘no puedo’ o ‘no tengo’”.

Durante su jornada los mensajes llegan a cualquier día y horario, son muchos pero ella sigue firme y afirma que es difícil abstenerse «ya que la necesidad de la gente es real. Es muy duro escuchar que tienen hambre; acuden a quien sea y a veces no poder brindarles esa ayuda es difícil».

«Mi naturaleza hoy es agradecer cada cosa que tengo y cada paso que doy. Agradezco cuando veo las realidades; valoro lo que tengo, el lugar en el que estoy para poder ayudar. Me siento un instrumento útil para cambiar realidades. Intento canalizarlo desde ese lugar, buscando maneras de ayudar sin parar» concluyó Alejandra.

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