Cambiemos vuelve a ajustar a los mayores: ahora eliminó el programa que beneficiaba por sus transacciones con tarjeta de débito a jubilados y beneficiarios de planes sociales.
En línea con el último documento del FMI que presiona sobre mayores cambios regresivos en el sistema jubilatorio, el gobierno de Mauricio Macri eliminó el reintegro del 15 por ciento del IVA que beneficiaba a los jubilados y beneficiarios de planes sociales por sus compras con tarjeta de débito. A una semana de que el gobierno impusiera nuevos impuestos para los jubilados que además sean pensionados, el ajuste vuelve a afectar a los más grandes.
El beneficio, que era un gran aliciente en medio de los siderales aumentos de los precios de los productos de la canasta básica, venció el 31 de diciembre pasado, pero el Poder Ejecutivo no lo prorrogó, a pesar de que estaba autorizado a hacerlo.
El recorte, no obstante, no se dio de un día para el otro. El año pasado el gobierno congeló el tope de devolución en 300 pesos, sin ningún aumento al tope fijado en la ley que dispuso la devolución parcial del IVA a jubilados y pensionados que cobran la mínima, personal de Casas Particulares y beneficiarios de planes sociales, sancionada en junio de 2016.
A pesar de la variación de la canasta básica de alimentos y de la inflación que el mismo gobierno asumió haber subestimado, el Ejecutivo nunca actualizó el monto de la ley. Ahora, optó por eliminar el beneficio directamente.
Esta medida sale a la luz una semana después de que una resolución de la Anses empezara a computar de manera conjunta la jubilación y la pensión que pueda recibir un mismo beneficiario para el cálculo del pago del impuesto a las Ganancias. Según la opinión de expertos en el área, este cambio normativo sumará entre 40.000 y 50.000 jubilados al pago del impuesto y elevará el monto a tributar a quienes ya lo estaban haciendo.
Ambas decisiones acatan las últimas exigencias del FMI para que se realicen mayores recortes en este sector. De acuerdo con un documento técnico del Fondo, se destaca como una receta positiva para contrarrestar el “envejecimiento de la población” aumentar la edad de jubilación, endurecer las reglas para acceder al beneficio o reducir el tamaño de los haberes mediante un ajuste en las fórmulas de cálculo de los haberes.