El subsecretario de Gestión Ambiental de la provincia del Chubut se explayó sobre un tema crucial en este fin de etapa gubernamental dentro de su cartera: la minería. En ese aspecto, hizo referencia a los controles de inspección, la situación legal, el curso de la etapa de exploración, la negativa del pueblo en Esquel a una posible explotación, el impacto secundario en la ganadería de la meseta provincial y el rol que debe seguir el Ministerio a futuro.
Ariel Gamboa se refirió en primer término a los controles en la minería: “desde nuestra área, cuando se creó el Ministerio se conformaron equipos técnicos para el control de la gestión ambiental minera en las tres etapas que la componen: prospección, exploración y explotación. Se prohibió la explotación de metales de primera categoría, con cianuro y a cielo abierto”, introdujo el funcionario.
En diálogo con el programa “Tarde en la Radio”, por Radiocracia, explicó que se zonificó la prohibición y fuera de esa zona sólo se pueden hacer proyectos hasta exploratorios (oro, uranio) que son los metales de primera categoría. Otros tipos sí se trabajan en toda la provincia. La minería de gran escala está vedada por Ley y lo que hacen es la etapa de evaluación de impacto ambiental de los proyectos exploratorios. Los más significativos son el de la CONEA y el “Navidad” de Gan Gan y Gastre.
“Periódicamente hacemos inspecciones en el lugar y nos abocamos a evaluar el instrumento que aprueba los informes de impacto ambiental, si la empresa hace todos los pasos legales. Eso se revisa y aprueba cada año. Este año, se innovó y se dio participación ciudadana al tema. Por Internet se puede ver y opinar al respecto para que se pueda tener en cuenta opiniones y aprobar o no estudios”, indicó Gamboa.
Añadió que se están tratando de conformar los equipos técnicos para trabajar el agua en la meseta, algo que están trabajándolo en conjunto para diseñar el mapa hidrogeológico de la zona. Se trata de un trabajo que lo fortalecen no sólo ellos sino también otros organismos, para estar a la altura de las circunstancias.
Manifestó que el control ambiental se hace y de forma suficiente. “Quiero más inspectores aunque los que hay son suficientes, pero si hay más, va a haber mayor calidad de inspección. Queremos que no se vayan a la actividad privada, que están tentados a hacerlo”, discurrió.
Gamboa analizó que, globalmente, lo de la minería es una decisión política. “El debate está instalado a nivel mediático y se quiere instalar a nivel institucional, aunque creo que corresponde a la próxima gestión de gobierno. Me parece bien que todos opinen y son todos legítimos los intereses en el tema”, subrayó.
En particular, piensa que una vez resuelto el debate tiene que estar la decisión política de fortalecer la gestión ambiental minera. “Ahora estamos preparados para la etapa exploratoria que es lo que permite la Ley. La de explotación exige mucho más cuerpos de técnicos, equipamiento y capacitación para poder controlar”, aseveró.
La exploración
Desde 2007 hay un expediente de informe de impacto ambiental del proyecto “Navidad” y ahora están finalizando la etapa que se divide en prefactibilidad, análisis del mineral, variables económicas y de rentabilidad, y ahora se analiza la etapa de factibilidad. Al parecer el proyecto es viable y se estaría terminando esta parte exploratoria. Si se finaliza y se aprueba, hay que esperar a que se modifique la Ley para poder llegar a presentar algo para habilitar en una etapa de explotación.
Respecto de si hay un cambio en los pueblos durante este proceso, Gamboa sostuvo que hay un cambio porque no es lo mismo para un pueblo la presencia de puestos laborales formales. “Es llamativo ver que también hay emprendimientos en los cuales la empresa se vincula con la sociedad, le da otra vida a los pueblos. Es un interés legítimo de los pueblos el desarrollo de esta industria”, expresó.
El “No” de Esquel a la minería
“Es emblemático, porque fue todo un pueblo dispuesto a decir no a una actividad y sí a otro tipo de vida, marcó un hito en la historia ambiental del país, fue un ejemplo en el marco de algo muy mal planteado. Hay errores que no se deben cometer en un debate de actividades que pueden hacer la diferencia para estos pueblos y la provincia”, argumentó Gamboa.
En tal sentido, remarcó que Comodoro tiene 100 años de petróleo, de ciudad minera. “Yo comparo y tenemos la consecuencia de toda esa actividad, asimetrías, pasivos ambientales, falta de planificación. Es algo histórico, mucho poder adquisitivo pero poca planificación”, indicó y añadió que “si se da esta oportunidad, se da el debate y es factible la actividad, hay que aprender de eso y que no pase en estas localidades”.
Comentó a su vez que habrá un desarrollo que tiene que estar acompañado de una estrategia, donde la sociedad tiene que estar conforme y tiene que ser sustentable en el tiempo generando una renta en la cual estos proyectos en la zona puedan desarrollar otros tipos de proyectos productivos que no solamente dependan de la minería, que es finita, dejando los ejemplos mencionados.
La meseta y la actividad ganadera
Para compatibilizar la minería y la ganadería, Gamboa señaló que es todo parte de la planificación y es importante saber qué hay y qué no para saber usar bien los recursos como un acuífero donde, con el conocimiento necesario se puede saber esa viabilidad, además de otra actividad incipiente: la energía eólica.
El rol del Ministerio a futuro
Esto será preponderante a partir de todos estos debates en torno a la matriz productiva que se puede desarrollar en la provincia. El viernes hubo una reunión en la meseta entre intendentes y diferentes organismos además del Ministerio. Uno de los temas era cómo se vislumbraba la actividad en la zona.
“Estamos formando parte de la temática. A medida que pase el tiempo y que esto vaya creciendo, obviamente la perforación va a ser mucho mayor y va a tener más forma a través de los medios”, concluyó Gamboa.