Jorge Wagner recordó que en Argentina, el 55% de pobreza y 17,7% de indigencia afectan a 33 millones de personas y que Cáritas brinda apoyo integral a través de alimentación, salud, educación y empleo para combatir esa crisis social.
“Hay un índice de pobreza grande bajo esta realidad, con una situación también muy particular que mucha gente tiene trabajo, pero con el trabajo no le alcanza, no llega a lo que es la canasta básica para no caer en la pobreza o en la indigencia, eso lo vemos y se nota también. En estos días que he estado en algunas comunidades se nota esa realidad de gente que dice si yo tengo trabajo pero no me alcanza el sueldo que tengo”, analizó.
El prelado indicó que “por otro lado se nota también la desocupación, muchas personas que vienen en estos días manifestando eso que han sido despedidas, eso se está notando mucho, por eso estos tiempos difíciles, como han dicho los obispos en la plenaria anterior, son tiempos también donde tenemos que tener gestos concretos, donde tenemos que redoblar a la apuesta en lo que son los gestos de cercanía, de apoyo, de acompañamiento”.
“Cáritas también es eso, no solamente el dar alimentos o una asistencia en ropa, sino que también es poder acompañar, poder escuchar, la gente se llega muy afligida, es un peso muy grande esta situación. Y también va siendo esa gran familia que va recibiendo, que está, que escucha, que manifiesta la cercanía”, enfatizó.
En ese sentido, explicó que “cuando la gente llega a las parroquias se los recibe. El hecho de, por ejemplo, compartir la merienda cuando llegan ahí, a veces la atención de algún médico, de algún profesional o de las personas que van dando algún tipo de charla, todo eso también es parte de Cáritas”.
“También está haciendo un esfuerzo en lo que es el trabajo de la primera infancia y la alfabetización, por eso los apoyos escolares y distintos proyectos para que eso sea posible. Y está el tema del trabajo, porque decimos, la manera de salir de la pobreza es el trabajo, y en eso Cáritas va acompañando pequeños proyectos, siempre sabiendo que lo que hace es subsidiario, no puede solucionar todo”, añadió Wagner.
Asimismo, consideró que “el espíritu es poder estar siempre a disposición de lo que sea necesario, de poder ayudar, de ser instrumento de diálogo, acercar las partes y poder estar en comunicación también con las distintas organizaciones, y eso sí lo vamos haciendo también los obispos. En estos días he recibido también a instituciones y movimientos que trabajan en la ayuda de los necesitados, eso sí lo estamos haciendo en todos los lugares”.
Finalmente, manifestó que “en lo social, lo que veo que hay muchos barrios que son también carenciados, en las periferias de la ciudad, y es notable. Hay un lugar, porque no conozco todavía todo, pero cerca ahí del Faro (en zona norte), hay un barrio que se está instalando en condiciones muy precarias, eso sí me ha llamado la atención”, señaló quien inició su ministerio episcopal hace poco menos de dos meses en esta ciudad.