Franco Colapinto, tras el debut: la decepción, el “día positivo” y el consejo de una leyenda de la Fórmula 1

Desde la intimidad del paddock de Williams, una mirada sobre el piloto argentino luego de la clasificación en Monza, donde terminó 18°.

sábado 31/08/2024 - 21:43
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Lo vimos alejarse de su box, donde ya se enfriaba el FW45 apenas acabada la primera fase de la clasificación. Cabeza levantada, mirada en el horizonte, pero enfocada, sus labios sin tensión, con una ligera curva de decepción. Momentos antes, en la segunda curva de Lesmo, Franco Colapinto se había dejado de 3 a 4 décimas de segundo. Las suficientes como para quedar fuera de la Q2.

Primero tocó imperturbable la tierra exterior en la entrada para ensanchar la trayectoria y levantar menos.

Circuló a una velocidad superior a como jamás lo había hecho antes. Quizás contenía la respiración. El auto no aguantó una vez generado todo el apoyo. Se fue afuera de trompa, pero Franco se anticipó con suavidad y calma, con poco ángulo de volante. Era totalmente consciente cuando levantó piedra y mucho polvo. Casi se nos detiene el corazón a los que observábamos la tele. Impidió un latigazo fatal del eje trasero y mantuvo, con frialdad, el control. Al agotarse esos 18 minutos, por 3 décimas no entraba entre los mejores 15 a la Q2.

¿Triste? No. ¿Arrepentido? No.

¿Realista y esperanzado para el domingo? Sí.

Terminó sus declaraciones para la transmisión oficial.

“Es una lástima no haberla podido cerrarla bien (la vuelta). Teníamos muy buen potencial, habíamos solucionado algunos detalles después de la práctica de la mañana. Una lástima, fue un pequeño exceso mío, buscando el límite, es parte del proceso”, comienza Colapinto.

-Tenés ritmo, ¿podrías recuperar posiciones mañana?

-Sí, sí, es evidente que tenemos ritmo. Aunque he dado solo ocho vueltas consecutivas con los neumáticos. Tengo mucho que aprender con las gomas. Veremos la degradación, eso será importante por el calor que hace. Igual, este ha sido un día muy positivo para mí.

Jornada de aprendizaje

Dicen que Italia se mueve con un compás de dos tiempos: los que marcan los éxitos de Fiat y los de Ferrari. Para estos últimos, los tifosi pueden, al menos, atestar las tribunas de Monza. También, invadir con acreditaciones VIP o entradas que se pagan miles de dólares la calle del paddock. Este sábado de clasificación casi no se podía caminar. Pero allí, firmando autógrafos encantados, estaban las glorias del ayer, Jacky Ickx, héroe para los ferraristas; Emerson Fittipaldi, dos veces campeón del mundo; Jackie Stewart, tres veces coronado, y Kimi Raikkonen, también ganador de un campeonato con el cavallino rampante.

“Tienen un muy buen piloto en este chico. Cuídenlo”, aconseja Stewart.

Toda una opinión. Quizás se acordaba Jackie de aquel día de 1964 cuando, tras ganar en la carrera de F3 previa al Gran Premio de Mónaco, Juan Manuel Fangio se acercó para felicitarlo y alentarlo. Seguramente lo mismo ya le habrá dicho Jackie a Franco, porque Stewart ha sido y es gran amigo de Williams.

En esa siesta del sábado ya se habían acabado los abrazos de bienvenida y había que pasar de las expectativas a los hechos. Habían sucedido los auspiciosos aperitivos tras las dos prácticas del viernes, en las que Franco superó a lo que había hecho su predecesor, Sargeant, en las mismas circunstancias. Quedaba por detrás de Albon a 6 décimas en la FP1 y a tan sólo 2/10 en la FP2.

Franco siguió con su evolución y en la FP3, con Albon ya empleándose a fondo (y también todos sus rivales) para dejar el coche listo para la clasificación; Franco quedaba noveno absoluto, a poco más de 3 décimas de su compañero, que era octavo. ¿Podía ilusionarse con llegar a la Q3?

Las quinielas

El equipo apostaba por que Franco alcanzase la Q2, pero nadie le pidió que lo hiciese. En el escaso grupo de argentinos que hacía guardia frente al hospitality de Williams existía el consenso de que entrar en la Q2 podía ser un gran resultado. En esa Q1, Colapinto, con su primer juego de neumáticos, quedó a 1,6 décimas de conseguirlo. Y venía bajando sus tiempos hasta el desliz en la segunda de Lesmo.

En Williams estaban muy contentos con Albon y optimistas, a pesar del resultado, con Franco, por el buen ritmo que tiene el FW46.

James Vowles, jefe del equipo, afirmó: “Nuestro novato argentino mostró toda su innata velocidad que lo llevó a un asiento en la F1, manteniéndose muy cerca de los tiempos de Alex hasta su primer intento en la Q1″.

El domingo hará mucho calor, quizás 35 grados, con 50ºC en la pista. Especulando sobre estrategias, se apuesta por una única parada en boxes, arrancando con neumáticos medios y pasando a duros. Los blandos con banda roja, utilizados en la clasificación, no durarían, pues habían mostrado en general exceso de granulado (rollitos de goma por alta temperatura que reducen la adherencia).

Fuera de la zona de confort

Franco es un tipo veloz. Y en combate es aún más fuerte. Para la clasificación tenía dos opciones: quedarse en la zona de confort y acercarse, pero no hacerle cosquillas al límite, o provocarlo para pasar a la Q2. Decidió jugársela, sabiendo que en Lesmo podía circular por la leca. Por eso cuando se fue afuera recuperó el coche perfectamente. Los pianitos casi planos del circuito, que fue reasfaltado y retocado para esta carrera, ahora perdonan más.

Inmediata fue su reacción por radio: “Sorry for that. guys” (Lo siento por eso, chicos”).

Por delante quedaba quien será referencia, al menos por varias carreras: Albon, noveno a casi 9/10 de la pole que logró Lando Norris para McLaren.

Pasar la primera chicana será importante y por el ritmo que tiene el revitalizado Williams, tratando de cuidar las gomas (no tiene experiencia con el calzado de F1), Franco podría avanzar con una buena estrategia. Entrar con poco ángulo de volante en Lesmo y la Parabólica, última curva, aplicación más suave del freno y no quedarse demasiado tiempo en la estela de un rival que reduce el aire de refrigeración para el neumático. Cosas del oficio.

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