En pocos días más -el 13 de marzo- se cumplieran diez años de un hecho singular para la Iglesia católica. Porque fue elegido el primer papa latinoamericano y jesuita tras la histórica renuncia de Benedicto XVI. Pero también constituyó un acontecimiento extraordinario para la Argentina porque un hijo de esta tierra llegaba a la Cátedra de Pedro: Jorge Mario Bergoglio. No faltaron quienes por estos lares le sumaron otra originalidad al afirmar que también había llegado un peronista.
Por primera vez, el propio Papa niega ser peronista en un libro que acaba de aparecer. “Nunca estuve afiliado al partido peronista, ni siquiera fui militante o simpatizante del peronismo. Afirmar eso es una mentira”, dice. Y señala: “Tampoco estuve afiliado a Guardia de Hierro como dijeron algunos. La presencia de esa agrupación (peronista en los ‘70) en la universidad (Del Salvador, por entonces de la orden jesuita de la cual él era el superior) y mis escritos sobre la justicia social llevaron a que se dijera que soy peronista”.
No obstante, Francisco no considera que simpatizar con el peronismo sea algo en sí mismo criticable. “En la hipótesis de tener una concepción peronista de la política, ¿qué tendría de malo?”, pregunta. Y en respuesta a quienes le achacan recibir a muchos peronistas, responde: “Yo recibí y recibo a todos. Pero a veces hay algunos que buscan sacar rédito político, no siempre con buenas artes”.
“Me viene a la memoria -recuerda- el caso de un candidato que asistió a la misa en Santa Marta. Al final me preguntó si podía tomarse una foto conmigo, le dije que sí y le pedí que no hiciera ninguna travesura. Me respondió que la foto era para compartirla con la familia, pero a la semana siguiente Buenos Aires apareció empapelada con afiches de campaña de su foto. Eso no se hace”.
Y completa la evocación del episodio: “Para colmo -subraya-, la foto estaba trucada porque se quitó el entorno de la capilla y de las demás personas que estaban presentes para dar la impresión de que haber sido tomada en un encuentro a solas”.
“El Pastor: Desafíos, razones y reflexiones de Francisco sobre su pontificado” es el título del libro cuyos autores son la periodista italiana, de la agencia ANSA Francesca Ambriogetti y del periodista Sergio Rubín, de Clarín, quienes cuando Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires lo entrevistaron para el libro «El Jesuita», publicado en 2010 y convertido en best-seller mundial tras su elección como Papa.
El libro es el resultado de una serie de conversaciones que los autores mantuvieron con el pontífice a lo largo de sus 10 años de pontificado. Incluye cuestiones como el combate a los abusos sexuales cometidos por miembros del clero y la corrupción en las finanzas vaticanas. También sus posiciones en materia económica y mediambiental abarcando hasta la pandemia y la guerra en Ucrania.
Francisco parece salir al cruce también de quienes lo acusan de fomentar el “pobrismo”. “En ninguna parte de la Biblia figura un mandamiento de producir pobreza. Sí, es bienaventurado el pobre de espíritu, el que no está apegado a la riqueza”, dice. “Pero de ninguna manera está mal producir riqueza para el bien de todos. Diría más: producir es un acto de justicia”, redondea.
“No condeno el capitalismo como me adjudican algunos”, también aclara. “Tampoco estoy en contra del mercado, sino a favor de lo que Juan Pablo II definía como economía social de mercado. Esto implica la presencia de una ‘pata’ reguladora, que es el Estado, que debe mediar entre las partes. Es un mesa de tres patas: Estado, capital y trabajo”, precisa.