«A Darío lo metieron en la Alcaidía intencionalmente»

Así lo afirman Jessica Belén Guichapani y Rocío Terk, pareja y hermana del detenido Darío Oscar Terk. Denuncian que “por error” lo pusieron en el pabellón 4 donde le dieron una paliza los otros detenidos…

martes 30/01/2018 - 9:03
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Así lo afirman Jessica Belén Guichapani y Rocío Terk, pareja y hermana del detenido Darío Oscar Terk. Denuncian que “por error” lo pusieron en el pabellón 4 donde le dieron una paliza los otros detenidos conducidos por el “gato” Barrientos. “Lo regalaron ahí y terminó en el Hospital. Mi marido pensó que le pegaban piñas pero le estaban apuñalando la cabeza. Esos guardias ya le habían dicho que si no podían matarlo ellos lo iban a tirar a los presos para que lo maten, creo que eso es lo que pasó”, explicó Guichapani.

Las mujeres se presentaron en esta redacción y explicaron que, el pasado miércoles, Terk fue recapturado y que el jueves fue llevado a la audiencia en la Oficina Judicial y que después a las 15.00 lo llevaron a la Alcaidía y lo pusieron en el pabellón 4. “Lo metieron ahí y duró solo diez minutos -dijo Guichapani- lo sacaron casi muerto, desfigurado totalmente por la paliza que le dieron. La policía dice que fue un error de ellos ponerlo ahí, que estaban esperando un oficio que iba a llegar para que lo dejen en la Seccional Segunda, pero lo metieron ahí”-. Los familiares dicen que les habían advertido a los policías que “él tenía problemas y no quería que lo dejen en el pabellón 4, pero lo regalaron ahí”.

Guichapani también contó los detalles del ataque y dijo que “apenas entró fue a saludar a un conocido y entonces vino el “gato” Denis Barrientos y le empezó a pegar piñas, él se defendió, pero después vino otro al que lo conocen como el karateka, ese Jonathan (se trata de Jonathan Moreira Cironi el asesino del policía Néstor Manquepán condenado a prisión perpetua) lo agarró de atrás y le hizo una llave y lo ahorcó. Cuando cayó desvanecido, mi marido dice que pensó que le estaban dando piñas, pero en realidad le estaban dando puñaladas en la cabeza. El gato Barrientos también lo empezó a apuñalar, y cuando estuvo tirado en el suelo vinieron todos los del pabellón a pegarle, no sé cuántos eran”.

Finalmente, Guichapani describe que “cuando ya estaba casi muerto empezaron a decir le vamos a prender fuego. Todo esto mientras los policías miraban y filmaban de afuera y se reían, ahí recién dijeron bueno, listo, listo, suéltenlo. Ahí se fueron todos y lo dejaron”.

“Vas a volver a ese lugar”

En este punto la mujer relató que luego de la paliza, los policías entraron y lo sacaron a la rastra y lo taparon con una manta y le dijeron vas a la morgue. Así cubierto lo llevaron al Hospital. De nuevo se le mataban de risa diciendo que cuando se recupere lo iban a tirar al mismo lugar otra vez para que lo terminen de matar. “Esos mismos guardias ya le habían dicho -apenas llegó- que si no podían matarlo ellos lo iban a tirar a los presos para que lo maten, creo que eso es lo que pasó”, dijo Guichapani en diálogo con Diario Crónica.

Además de estos presuntos abusos, la mujer dice que no le dejan pasar comida ahora que nuevamente está en la Alcaidía.

“A mí no me dejan verlo- dice Rocío Terk, yo vengo de Río Negro y no me dejan pasar a verlo aunque tengo una autorización de la Defensoría”, sostuvo.

En este punto, las mujeres dijeron que “no es la primera vez que pasa esto, pero ya lo denunció la defensora Lucía Pettinari”.

Cabe mencionar que en esa golpiza Terk resultó con cuatro costillas fisuradas, varias puñaladas en la cabeza, cortes en el pecho, en los costados, en los brazos, y también apuñalado en las piernas.

“Yo lo que pido es que le den arresto domiciliario por el estado en que está así todo golpeado, está esperando una cirugía maxilar porque está todo quebrado, tiene más de 20 puntos en la cara por los tajos que le hicieron. Ahora está de nuevo en la Alcaidía pero no sabemos dónde y cómo está, si le dan de comer, si lo atienden. Solo sabemos que está aislado”, aseguraron.

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