Lisandro Reyna era de Comodoro, y con tan solo 4 años, estaba en Buenos Aires internado en el Hospital Italiano, con su familia, aguardando un trasplante.
En la tarde de este sábado se conoció la triste noticia, su mamá escribía en las redes que Lisandro había luchado hasta el último segundo de vida
«Licha» como lo llamaban en su entorno familiar, había empeorado hacía unas semanas atras y estaba internado en terapia intensiva. Lo sacaron de la lista de urgencia para recibir su trasplante, porque su estado de salud no era el mejor para una operación tan importante.
Su mamá, Brenda Vidal posteo un sentido mensaje que decía lo siguiente: «Hoy decidiste abrir tus alas y ser el angelito que siempre fuiste. Te voy a amar toda mi vida mi amor. Ahora sos libre».
Su historia como la de muchos niños que pelean por un trasplante no deja de sacudirnos, ni de ayudarnos a tomar conciencia sobre la importancia de la donación de órganos. Porque aunque suene reiterativo «Donar órganos salva vidas» tanto a grandes como a chiquitos, niños como Lisandro, con toda una vida por delante.
