Durante la tarde de ayer tomó estado público, a través de Internet, la versión sobre una joven desaparecida residente en Rada Tilly, motivo por el que Crónica comenzó a realizar las consultas pertinentes para conformar la especie, logrando dar con la madre de la joven y con su esposo, quien se encontraba al cuidado del pequeño hijo de la pareja.
Si bien se confirmó la extraña desaparición de Andrea Marjos, su esposo no quiso ampliar declaraciones por temor a lo que pudiera sucederle, más aún, teniendo en cuenta un mensaje con amenazas que recibiera desde el teléfono móvil de su señora y con el que finalmente pudo radicar la denuncia correspondiente.
El hecho sucedió durante la jornada del viernes y, según lo que pudo conocerse, Andrea salió de su casa para dirigirse al trabajo y por la tarde, como era habitual en el joven matrimonio, su esposo pasó al trabajo para dejarle el auto y que volviera a Rada Tilly, momento en el que se enteró que nunca había llegado a cumplir su horario laboral.
Desde ese instante se comenzó una primera búsqueda entre amigos, familiares y conocidos recibiéndose la misma respuesta de cada uno de ellos: ninguno la había visto durante el día y no sabían nada sobre su estado o paradero.
La madre, el padre y el resto de la familia de la joven se sumaron luego a la búsqueda que se mantuvo durante toda la noche del viernes y madrugada del sábado de manera individual ya que, pese a que se intentó radicar una denuncia «nos dijeron que no podían tomarla hasta 24 horas después de la supuesta desaparición».
Terrible amenaza
En el marco de la búsqueda familiar, a la que se sumaron amigos y conocidos que fueron conociendo la situación y que sumaban esfuerzo entre sus propios contactos, vía telefónica y por Internet, en diferentes blogs y en distintas redes sociales, la búsqueda trascendió el intento por mantener el hecho dentro de un reducido grupo de personas.
El intento de que la desaparición no se conociera abiertamente surgió a media mañana de ayer, cuando el esposo de la joven recibió un mensaje que, desde el teléfono de Andrea, señalaba que la mujer «había sido llevada» a una provincia del norte del país y que no se hiciera denuncia policial porque si no «sería boleta».
Esta terrible amenaza transformó en desesperación la preocupación de la familia, quienes recién tomaban conciencia de que Andrea habría sido secuestrada y su ausencia del hogar no habría sido por decisión propia.
Una vez que, con el mensaje recibido, se formalizara la denuncia sobre desaparición, se iniciaron también los contactos oficiales de búsqueda y hasta se habría sumado una agencia de seguridad que, de manera paralela, suma esfuerzos para dar con el paradero de Andrea Marjos.
Fuente: Diario Crónica