El economista y consultor Orlando Ferreres calculó que la inflación «va a bajar». En enero y febrero se ubicaría entre «2,5% y 2,7%», mientras analizó que es «posible» encontrar una «solución» para la deuda para fines de marzo.
Muchos analistas señalan la crisis financiera de los años 2007 y 2008 como la peor desde la década del 30. Pero se trata de algo más complejo: es una nueva crisis del capitalismo, económica, ecológica, política y “del cuidado”.
«Va a bajar la inflación. Para enero, calculamos que un 2,5% ó 2,7% y para febrero, posiblemente, lo mismo. No esperamos ningún aumento importante», estimó.
Sin embargo, advirtió que «el tema es cuando empiecen a vencer los plazos de congelamientos».
«Cuando empiecen a aparecer esos aumentos, puede venir una inflación y, encima, la cantidad de dinero aumentó más que en otros años durante diciembre y enero. Ahora tendría que venir una reducción en esa cantidad de dinero y estamos esperando la última semana de enero para ver si se reduce», evaluó.
De ese modo, alertó que «es un tema peligroso porque con mucha cantidad de dinero es difícil que baje la inflación».
Con relación a la deuda, consideró que «es posible encontrar la solución para el 31 de marzo y que, de ahí en adelante, comiencen otros programas que puedan dar un poco de crecimiento económico».
«Con todos los impuestos adicionales que hay, va a ser difícil que la gente pueda gastar dinero», apuntó y aseguró que «está gastando menos y eso es un tema que complica mucho la actividad económica».
Para Ferreres, es probable que el Gobierno resuelva las negociaciones de la deuda para fines de marzo porque «no está tan dispersa la cantidad de deudores de la deuda pública argentina».
«Son fondos de inversión y es mucho más fácil poder hablar y adecuarse con ellos», confió y puntualizó: «Los bonistas prefieren quitas de intereses y no de capital».
«Tiene que ser una quita importante de forma tal que la proyección del futuro del sector externo dé bien y pueda ser pagado con reservas y generación de exportaciones. Es lo típico de cualquier concurso privado», enfatizó.
Asimismo, subrayó que: «Tenemos que pagar la deuda para lo cual hemos apretado con impuestos a distintos sectores de la clase media».
Al ser consultado respecto del tipo de cambio, sostuvo –según publica Ámbito– que «hay que moverlo porque a ese dolar bajo se aplican los derechos de exportación». Afirmó que ello «va a traer problemas con el campo» y argumentó: «Creo que eso va a tener que empezar a moverse. Ya hay prevista una huelga de comercialización del campo que van empezar a sentirse sus efectos en la medida en que se prolongue».