La diputada nacional por el Frente de Todos – PJ, Estela Hernández volvió a expresar su posición en contra respecto a la megaminería a cielo abierto y remarcó que este tipo de decisiones las debe tomar el pueblo y en este sentido ya se dejó en claro que no existe tal licencia social.
«El pueblo chubutense ya dijo que no y eso es lo que vale. Pueden haber muchos funcionarios con intenciones de cambiar el eje de la discusión, pero si la mayoría de los habitantes cree que no es conveniente y hay hasta marcos normativos como la 5001 que así lo impiden ya no hay nada más de que hablar», subrayó Hernández en sintonía con lo que públicamente expresó días atrás el titular de la cartera de ambiente a nivel nacional, el ministro Juan Cabandié.
«Chubut es una provincia donde se respira aire puro, donde hay más de 10 áreas naturales protegidas, donde aún existen valles y espejos de agua libres de contaminación y donde el turismo juega un papel sumamente importante y mayor cantidad de ingresos le genera a la provincia. Creo que hay que poner cosas en la balanza y ver qué es lo que se está dispuesto a perder. Somos conscientes que hay comunas que necesitan de un urgente plan de asistencia para sobrevivir, pero ellos también tienen que considerar que la megaminería es pan para hoy y hambre para mañana», disparó la legisladora chubutense.
«Muchas veces, para intentar salir de las crisis económicas se recurre a opciones, que si bien pueden ser beneficiosas al comienzo, luego terminan siendo verdaderas pesadillas y de ésto hay claros ejemplos en el país y el mundo. No podemos permitir que por ingresos temporales se hunda a toda una provincia y se condene a las próximas generaciones a vivir en suelos que quedarán devastados. Por lo menos a mí y a miles de chubutenses no nos van a engañar con las cuestiones de supuestos protocolos extremos para el cuidado del medio ambiente porque sabemos cómo termina la historia», expresó Hernández.
Por último, la diputada invitó a quienes promueven la megaminería a que piensen en otras alternativas productivas más creativas y a que pongan la misma energía que aplican en sus lobbys en proponer proyectos superadores, con una mirada al futuro, en línea con los acuerdos internacionales de cuidado y protección del ambiente, con lógicas que no impliquen el uso de espejitos de colores para sacrificar a una comunidad a cambio de un salvavidas repleto de parches».