El miércoles 29 de enero de 2025, un avión comercial de American Airlines que transportaba 60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación colisionó con un helicóptero militar del Ejército de los Estados Unidos cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Washington D.C. Ambas aeronaves cayeron al río Potomac, lo que resultó en la muerte de todas las personas a bordo. Este trágico accidente se ha convertido en el desastre aéreo más mortal en el país en los últimos 23 años, dejando a los familiares de las víctimas y a la nación sumidos en el dolor.
Accidente de avión médico en Filadelfia
El viernes 31 de enero de 2025, otro accidente aéreo devastador ocurrió en Filadelfia, Pennsylvania. Un avión médico Learjet 55, operado por la empresa Jet Rescue Air Ambulance, se estrelló en una zona residencial del noreste de la ciudad. A bordo viajaban seis personas de nacionalidad mexicana, incluyendo cuatro miembros de la tripulación, un paciente pediátrico y su acompañante. El impacto del accidente provocó un incendio que afectó varias viviendas cercanas, causando la muerte de siete personas y dejando 19 heridos. Los equipos de rescate trabajaron durante horas para controlar las llamas y recuperar los cuerpos de las víctimas.
Las autoridades locales y federales, incluida la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) y la Administración Federal de Aviación (FAA), están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para determinar las causas de ambos accidentes.
Preocupación por la seguridad aérea
Estos trágicos eventos se suman a una creciente preocupación sobre la seguridad aérea en Estados Unidos, especialmente en un contexto en el que se han registrado varios incidentes menores en los últimos meses. La FAA ha prometido que se tomarán medidas para investigar a fondo lo ocurrido y evitar futuros accidentes de esta magnitud.
El país se encuentra ahora bajo un intenso escrutinio, mientras las autoridades federales se comprometen a garantizar que estos incidentes no se repitan y que las causas sean esclarecidas. La seguridad de los vuelos sigue siendo una prioridad para las autoridades, mientras se trabaja para evitar que tragedias como estas se repitan en el futuro.
