El conflicto entre el Gobierno y el sector universitario se intensificó en las últimas horas, luego del anuncio del paro total convocado por los sindicatos docentes y no docentes en protesta por la ratificación del veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario en la Cámara de Diputados. La medida dejó a la mayoría de las universidades nacionales sin clases este jueves, mientras continúan las tomas en diversas facultades y se profundiza el malestar por el recorte de los recursos.
El diputado de La Libertad Avanza, José Luis Espert, se pronunció duramente contra los impulsores de la huelga nacional. “Los que están adentro de este paro, que no son estudiantes, son dirigentes sindicales disfrazados de rectores y alumnos crónicos que hacen política en vez de romperse el traste estudiando”, repudió.
La decisión de Javier Milei de vetar la Ley de Financiamiento Universitario es un nuevo punto de quiebre, en la escalada de tensión entre el Poder Ejecutivo y las universidades pública. Este veto, que impedía el aumento de recursos de 2024 para el sector según la inflación, generó un rechazo generalizado entre gremios docentes y no docentes, federaciones estudiantiles y del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la entidad que reúne a todos los rectores del país.
Sin embargo, Espert defendió tanto el veto como el manejo del gasto público por parte del gobierno. En su visión, la ley vetada estaba “desconectada” de la realidad fiscal del país. “Creo que se dio una muestra de sentido común de la sociedad para consigo misma. Ayer, el pueblo de la Nación dio una muestra de sensatez. El Congreso hizo bien en sostener el veto”, definió el presidente de la Comisión de Presupuesto.
El legislador nacional y economista defendió el rol del Poder Ejecutivo en “la sanción de las leyes”, de acuerdo a la Constitución Nacional. E insistió que este tipo de discusiones se tiene que debatir una sola vez, durante el debate del presupuesto anual. “¿Qué es esto de discutir el gasto público en cualquier momento?”, se interrogó, en declaraciones a radio Mitre.
Los sindicatos universitarios, representados por CONADU, FEDUN, CERA, FAGDUT y UDA, convocaron a un paro nacional en repudio a la ratificación del veto presidencial. La medida paralizó las actividades académicas en todo el país, mientras se evalúan nuevas acciones si no se revierte el ajuste proyectado en el Presupuesto 2025.
El descontento también se manifiesta en las calles, donde varias facultades continúan tomadas por los estudiantes en protesta contra el recorte presupuestario y en defensa de una mayor inversión en educación. Entre las instituciones ocupadas se encuentran facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), como Sociales, Filosofía y Letras, Psicología, Veterinaria y Ciencias Exactas, así como universidades del interior como unidades académicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), entre otras.La facultad de Filosofía y Letras del barrio porteño de Caballito, ocupada (Adrián Escándar)
Alineado con la retórica oficial, Espert no solo apuntó contra las protestas, sino que también criticó el desempeño y la estructura actual del sistema universitario público. Señaló que menos de la mitad de los estudiantes son regulares y que el tiempo promedio para graduarse es casi el doble de lo estipulado. “Solamente el 40% de los estudiantes universitarios es alumno regular, el que tiene 2 o más materias aprobadas”, afirmó, añadiendo que el 46% de los graduados tarda en promedio 9 años en completar sus estudios.
Además, se mostró crítico con la tasa de graduación en Argentina y le adjudicó a la presencia de lo que denomina “alumnos crónicos”, quienes se perpetúan en la universidad sin cumplir con los requisitos académicos mínimos. “En Argentina, como consecuencia de los alumnos crónicos, la tasa de graduación es de 31 por cada 10.000 habitantes, mientras que en Chile es 55 y en Brasil 66″, comparó.
0 seconds of 11 secondsEl centro de estudiantes, docentes y no docentes tomaron la sede central luego de que se ratificara el veto presidencial contra la ley de financiamiento universitario
Pero también apuntó a la baja inclusión de sectores desfavorecidos en el sistema universitario, poniendo en duda el discurso de “movilidad social ascendente” que históricamente se ha asociado con la educación superior en Argentina. “El dato demoledor que hablan de la movilidad social ascendente es todo mentira, solo el 12% de los más pobres estudian en la universidad”, sostuvo. Para Espert, el sistema actual se convierte en un espacio donde “los pobres financian a algunos para hacer política”.
Espert rechazó los reclamos por mayor financiamiento a la educación superior, al plantear “el presupuesto universitario en 2024 fue más que duplicado respecto a 2023 y los gastos de funcionamiento de las universidades nacionales crecieron un 270%”. Y adelantó que para 2025 habrá un incremento, aunque sin precisar si las partidas tendrán mayores recursos en términos reales. “Está proyectado aumentar el presupuesto universitario para 2025″, anticipó.