La postura de Estela de Carlotto antes del fallo de la Corte Suprema que se conocerá hoy, que modificaría su decisión de beneficiar a los genocidas. Dijo que las Abuelas de Plaza de Mayo están “expectantes y con confianza”.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, espera que, con el fallo que la Corte Suprema anunció para hoy, “el 2×1 quede definitivamente sepultado”. Carlotto se refería al dictamen del máximo tribunal sobre el caso del represor Rufino Batalla, con el que podría revertir la postura que había tomado el año pasado en relación con el beneficio de reducir penas a represores y genocidas, que generó un vasto repudio social y de los organismos de derechos humanos.
Las Abuelas de Plaza de Mayo “estamos expectantes y con confianza” de que “los tres miembros de la Corte que no fueron a ese almuerzo con el Presidente” se expresen en contra del beneficio del 2×1. Su alusión fue a los jueces Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti, quienes no participaron de una reunión en Casa de Gobierno, donde Mauricio Macri se encontró con los otros dos miembros de la Corte, Carlos Rosenkrantz y Elena Highton de Nolasco.
Para Carlotto, el presidente de la Corte (Rosenkrantz) “está aislado” en su postura a favor del 2×1, mientras que “no se sabe qué hará” Highton. En tanto, si Rosatti cambia de postura (había votado a favor del 2×1 el año pasado) y Maqueda y Lorenzetti mantienen la suya, el fallo aquel de 2017 podría caer y ser revertido por la nueva jurisprudencia.
El máximo tribunal anunció para hoy un nuevo fallo sobre el beneficio del 2×1, que en mayo de 2016 y por voto dividido, la Corte había declarado aplicable a personas condenadas por delitos de lesa humanidad, sobre la base de un planteo presentado por la defensa del represor del Hospital Posadas Luis Muiña. Aquel dictamen representaba la postura de Rosenkrantz, quien entonces acababa de ser nombrado en la Corte por Macri. Lo acompañaron en el fallo Rosatti, el otro flamante ministro, y Highton de Nolasco. Aquella decisión generó una catarata de presentaciones en similar sintonía por represores de la última dictadura condenados a lo largo y ancho del país y, en paralelo, un rechazo rotundo y multitudinario del movimiento de derechos humanos y grandes sectores de la sociedad, por las múltiples injusticias que generaba. Finalmente el beneficio no logró aplicarse porque el Congreso emitió una ley que lo impidió, pero aún faltaba una nueva opinión de la Corte.
A mediados del mes pasado, en el marco de los primeros pasos de la gestión de Rosenkrantz a cargo de la presidencia de la Corte, los supremos anunciaron en una especie de agenda a mediano plazo las fechas de algunos de sus fallos más esperados, como el que definió si los jueces debían o no pagar el Impuesto a las Ganancias, que llegó la semana pasada; la ley de lemas vigente en Santa Cruz y el monto sobre el que el Estado debe calcular las jubilaciones.
El fallo que se espera revierta el beneficio del 2×1 fue anunciado para hoy, a partir del análisis del pedido de Batalla, un ex agente de inteligencia condenado por más de un centenar de delitos de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura, entre ellos el crimen de Laura Carlotto, hija de Estela. Todo indica que el beneficio que permite que las personas sin condenas firmes salgan antes de la cárcel será rechazado por la Corte.
“Espero que (el 2×1) no prospere porque sería un escándalo”, puntualizó Estela de Carlotto, quien advirtió que en caso de que esto volviera a ocurrir “la reacción va a ser otra vez la misma: un rechazo total”. Además, se refirió a Batalla como un “criminal que no se arrepiente ni confiesa”, y lo comparó con los otros “que en los tribunales dicen que volverían a hacer lo que hicieron”. En ese sentido, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo indicó que desde organismo de derechos humanos “esperamos que esto quede definitivamente sepultado”.
Durante la última dictadura, Batalla fue agente civil en el Destacamento de Inteligencia del Ejército 101 que funcionó en La Plata. En 2014 fue condenado a 13 años de cárcel por los crímenes de lesa humanidad que, en ese rol, cometió en el centro clandestino conocido como La Cacha, que funcionó en las afueras de la capital bonaerense. Entre ellos, el secuestro, las torturas y la muerte de Laura Carlotto. Había sido detenido por esos crímenes en 2011, tras permanecer algunos meses prófugo. Su sentencia, no obstante, aún no está firme, por lo que logró volver a su casa. Espera allí, en Formosa, la decisión de la Corte.