
El local en cuestión se llama, también sugerentemente, VerGotas. Se dedica a la venta de waffles. Pero no los clásicos, que por ejemplo son furor en la Costa Atlántica, sino otros con forma de pene y vagina que se transformaron en tendencia en la provincia. Y también en polémica.
Es que en los últimos días un grupo de vecinos denunció al comercio por «faltas a la moral, las buenas costumbres y el buen gusto». La presentación llevó a la Municipalidad a clausurar el establecimiento.
El local fue inaugurado hace casi tres años, en Duarte Quirós 249, en el centro de Córdoba. Si bien la polémica existió desde que levantaron la persiana, hasta el momento nunca habían tenido que cerrar. Por el contrario, por el furor inicial, la gente hacía fila para conseguir su waffle sexual, publicó Clarín.
La carta se divide entre vergotas y chochas, dulces o saladas, a gusto del consumidor. Los rellenos pueden ser de dulce de leche, Nutella, Kit-Kat o Kinder y ofrecen exquisitos toppings de chocolate negro, blanco, rosa, celeste. La cobertura también puede ser un filo hilo de chocolate blanco: lo llaman, con picardía mediterránea, «topping precoz».
El tamaño sí importa. Todos los waffles miden 16 centímetros y cada uno cuesta en promedio 2.000 pesos. La versión salada sale con salame, queso y jamón.