Por tercera vez en poco tiempo, se utilizó este elemento de tortura para asaltar viviendas particulares. Esta vez fue en el barrio Máximo Abásolo.
Ayer a las 6:15 en calle Luis Sandrini al 4.000, delincuentes irrumpieron en una casa donde, además de una picana eléctrica, portaban un revólver. Barretearon la puerta de acceso, les apuntaron a niños, golpearon al padre y lo encerraron en el baño. Se alzaron con dinero y todo lo que pudieron cargar. En su huida le dispararon a una vecina que salió a observar lo que ocurría y por fortuna no la hirieron.
La familia Nauto domiciliada en Luis Sandrini al 4.700 del barrio Máximo Abásolo fue víctima de un violento robo por parte de tres delincuentes que irrumpieron cuando los diez residentes de la vivienda dormían y los amenazaron con un arma de fuego y una picana eléctrica. Luego de llevarse dinero en efectivo y todos los elementos electrónicos que pudieron cargar, escaparon a pie.
Se trató del tercer asalto con picana eléctrica en menos de 48 horas cometido en distintos puntos de Comodoro Rivadavia por un grupo de al menos tres delincuentes. Hay que recordar que amenazando con una picana, el miércoles a las 17:40 fue asaltado el kiosco “El Rey Lagarto” en Kilómetro 5, mencionço el Diario Patagónico.
Ese mismo día a las 20 a dos trabajadores le aplicaron una descarga eléctrica para robarles sus billeteras y teléfonos celulares en la escalera del barrio LU4. Además, les dispararon con un arma de fuego cuando las víctimas escapaban, sin lograr herirlos.
Incluso, aunque no fue confirmado oficialmente, el jueves a las 16:30 en el edificio 71 del sector 7 de las 1008 Viviendas, trabajadores de nacionalidad paraguaya habrían sido asaltados también con una picana eléctrica.
Violento despertar
Ayer mientras todos dormían en la vivienda de la familia Nauto, tres delincuentes encapuchados, todos mayores de edad y uno de ellos portando en una mano un revólver calibre 22 y una picana eléctrica en la otra cometieron un “robo agravado por el uso arma de fuego y privación ilegítima de la libertad”.
En la casa de dos pisos, el grueso de la familia dormía en las habitaciones de la planta alta. Mientras en el piso inferior, una de las hijas del matrimonio descansaba en un sillón del living junto a su pequeña hija de seis meses.
Los delincuentes comenzaron a patear la ventana que se ubica frente al sillón, y no la podían abrir. Con esos ruidos la joven se despertó y observó cómo rompieron los vidrios y uno de los delincuentes ingresó por la ventana del living. Mientras los otros ladrones barreteaban la puerta de acceso principal por donde ingresaron.
Los malvivientes entraron e inmediatamente amenazaron a la hija del matrimonio que tenía a su pequeña en brazos. Uno de los delincuentes, el más flaco, de pelo corto, llevaba un revólver en la mano derecha y una picana eléctrica con la mano izquierda, relató la víctima.
En ese momento, el padre de familia escuchó los ruidos y bajó por las escaleras desde el piso superior. Sin embargo, los delincuentes lo sorprendieron, lo golpearon en el rostro y lo encerraron en el baño. Mientras, a uno de los hijos de la pareja, de 7 años, que bajó asustado por las escaleras ante los gritos, le apuntaron en la cabeza atemorizándolo aún más.
La madre del niño bajó detrás de su marido y también fue abordada por los delincuentes que a esa altura empezaban a revisar cada lugar de la vivienda. Mientras tanto, los otros niños dormían sin enterarse de lo ocurrido.
A la madre de familia le exigieron que subiera a la planta alta y les entregara dinero. Los asaltantes buscaban plata. Y aparentemente sabían dónde habían entrado, porque antes de ver a los pequeños, dijeron que a los chicos no les iba a pasar nada, pero que entregaran toda la plata.
La mujer asustada les dijo que bajaran, que la cartera la tenía abajo. Una vez en el piso inferior les entregó los 3.000 pesos en efectivo que tenía. Además del dinero los delincuentes se alzaron con una notebook marca “Compaq”, un teléfono “Blackberry”, uno Nokia y otro Samsung.
La joven que tenía su pequeña en brazos le dijo a uno de los delincuentes que por lo menos le dejara las fotos del celular y el delincuente sacó la tarjeta de memoria del teléfono, se la tiró al suelo y se llevó el aparato.
Los asaltantes robaron también un bolso tipo cartera marca “Adidas” negro, con dos billeteras, una color lila y otra negra, junto a documentación personal de integrantes de la familia. Incluso se llevaron una Play Station 3 y un bolso notebook con documentación de una Ford EcoSport.
Tras atemorizar a la familia y robarle todo lo que pudieron, los ladrones se fueron corriendo por la calle Sandrini en dirección al corazón del barrio Máximo Abásolo. Una vecina que escuchó los gritos y los ruidos salió a observar al portón de su casa lo que ocurría y los delincuentes en la huida le efectuaron un disparo intimidatorio con el revólver, afortunadamente sin lograr herirla.