«Hoy, la energía argentina está sin rumbo», aseguró el consultor Daniel Montamat, de ‘Montamat y Asociados’, mostrando su preocupación por el sector. «El rumbo tiene que ser atractivo para la inversión extranjera internacional, que complemente la inversión nacional. También, hay que definir cuáles son las reglas de juego», indicó.
El consultor recordó –según publica Urgente24– que, en materia energética, el país venía de un nivel de actividad «trabajosamente creciente». «Veníamos disminuyendo fuertemente los subsidios en el sector y veníamos comenzando a retomar, tímidamente, la tendencia a la exportación», puntualizó. Sin embargo, contrastó: «En este momento, estamos otra vez ante la inminencia de tener que comenzar a importar gas natural o, como alternativa, complemento de gasoil para volver a estar en una etapa pre-2016, con un fuerte déficit en el abastecimiento».
«Hacia dónde vamos, francamente, no lo sé: en estos 10 meses, no hemos tenido actividad en el sector desde el punto de vista del Gobierno. Y no puedo opinar sobre algo que no sé», subrayó durante el 3er Energy Summit, que organiza ‘El Cronista Comercial’.
El impacto más visible será en la tasa de inversión, alertó. «Si no hay inversión en energía, muchas otras inversiones productivas quedarán en los anaqueles. Y, si el sector energético tiene déficit en su balance comercial, empieza a importar mucha energía y esto demanda dólares», describió. No será el único efecto macro: recordó que, si el sector tiene fuertes subsidios, porque sus precios están congelados, esto «empieza a impactar fuertemente en las cuentas públicas».
Vaticinó que, en 2021, sería necesario volver a importar gas. «Si miramos la tasa de inversión o el impacto de la energía, estamos para preocuparnos. Para sintetizarlo en términos médicos: la administración anterior recibió un paciente en terapia intensiva y con pronóstico reservado, y dejó a uno convaleciente. Si este paciente pasa de terapia intermedia a una de la más seria, creo que la energía se volvería un serio problema para la economía argentina».
José Luis Sureda, ex Subsecretario de Hidrocarburos de la Nación, coincidió en el diagnóstico: «En materia energética, el país retrocedió a la situación de 2013 o 2014», aseguró.
A su turno, Juan Procaccini, socio de PwC Argentina y líder en Deals & Advisory de la big four, explicó por qué el país no termina de ser del todo atractivo para las inversiones. «La Argentina necesita inversiones en todos los sectores económicos. Pero hace muchísimos años que no recibe consistentemente inversión extranjera directa. La inversión sobre porcentaje de PBI viene cayendo en el tiempo», diagnosticó.
El experto, que dirigió la Agencia Nacional de Inversiones al inicio de la Administración Macri, añadió que el país no tiene «una propuesta atractiva de perfil riesgo-retorno para el inversor como para que decida desplegar capital en la Argentina».
«El perfil de riesgo-retorno no es el adecuado. Eso tiene que ver con la percepción de riesgo altísima que tiene la Argentina. Lamentablemente, para que un inversor decida invertir, hay que trabajar en muchos elementos como para que ese perfil de riesgo sea percibido como uno de menor gravedad y que los retornos sean más atractivos», completó.
Agregó que la alta percepción de riesgo de la Argentina se debe, en gran parte, a «la sensación de incertidumbre generada por la falta de una definición política clara, un plan macroeconómico claro y consensos en temas críticos del país».