Paradoja si la hay: candidatos a Intendentes hacen su campaña molestando a los vecinos, sostiene la Agencia OPI, sosteniendo que –teóricamente- si un candidato se postula para ser Intendente, más allá de los discursos, se debe preocupar por ganar la adhesión pública a partir de actos que lo destaquen, más aún si nunca han tenido gestión y necesitan que el vecino los evalúe.
En Río Gallegos algunos candidatos hacen campaña exasperando al vecindario donde se levantan sus locales partidarios, desde el cual propalan música, jingles y consignas políticas mediante altavoces, que provocan la denuncia y el enojo de los afectados por esta exagerada e irrespetuosa forma de manifestarse a cualquier hora.
La Municipalidad de Río Gallegos tiene reglamentado absolutamente todo lo que supone publicidad callejera, ocupación de espacios públicos, horarios en los que se puede propalar música, lugares vedados y decibles máximos de potencia en los que se puede emitir; los partidos políticos, incluyendo el propio partido que gobierna en la Municipalidad de esta capital, parecen ajenos a la normativa y llevan adelante las campañas políticas de sus candidatos a Intendente, con un desprecio total por la tranquilidad y el derecho de los habitantes de esta ciudad.
La iniciativa de ahondar en este tema, parte de la cantidad de mails que hemos recibido en nuestra redacción, apuntando, precisamente, que los locales partidarios de los principales partidos políticos que disputarán las elecciones del 23 de octubre, generan molestias incomprensible en los vecinos, alrededor de donde se ubican y que en todos los casos donde la gente ha reiterado sus quejas, inclusive en forma personal al candidato, nunca se tomó una medida correctiva. La Municipalidad, obviamente, sigue muda, ciega y sorda, ante las denuncias mediáticas que hace la gente en radios de Gallegos, como en Fm News donde se contabilizan no menos de 1 o 2 quejas diarias, al igual que en nuestra Redacción.
Candidato “del pueblo”
Algunos padres y docentes del colegio Julio Ladvocat, ubicado en Don Bosco y Errásuriz, se ha quejado ante nuestro cronista por la intensidad del ruido que genera la música y la propaganda sonora, que difunde la Unidad Básica recientemente inaugurada del candidato a Intendente por el PJ, Raúl Cantín.
El local partidario se ubica en la vereda de enfrente de la escuela, con lo cual el sonido impacta directamente contra los ventanales de las aulas, produciendo un efecto de caja de resonancia que impide a los docentes impartir las clases dado que imposible oír y ser escuchado por los alumnos.
Una de las docentes describió en su correo: “Estamos cansadas de tanta molestia y que nadie se de cuenta. Quedamos sin voz de tanto gritar, para lograr que algún chico registre que estamos en el aula. Es imposible dar clases y hasta diría, trabajar cinco horas en esas condiciones. El nivel del audio que usan hacia el exterior es impresionante, hacen temblar los vidrios y altera a toda la clase. Imposible pedir concentración o participación a la clase, porque estamos sometidas junto con los alumnos a una tortura permanente y nadie hace nada para que esto cese”.
Otra docente que se comunicó telefónicamente, expresó “desde ese local partidario no respetan nada. Han generado un problema en un lugar que, de por si (debido a la existencia del colegio) el tránsito es dificultoso, peor ahora van y vienen todo el día camionetas y autos de alta gama, estacionan en cualquier lugar, arriba de la vereda u ocupan los lugares asignados en el colegio y además producen un ruido infernal con sus altavoces, que ya no se soporta más”.
Yo quiero ser Intendente
Otro de los locales partidarios que recibe grandes críticas, desde hace mucho tiempo (ya que largó la campaña hace un mes atrás), se ubica en la esquina de Zapiola y Vélez Sarfield, en pleno centro de la capital, y corresponde al candidato a Intendente de Río Gallegos por la UCR, Francisco Paredes.
Sobre este candidato hay decenas de quejas por ruidos molestos y particularmente los vecinos que viven en proximidad al local, acusan al candidato “de ser un insensible”, “de molestar a cualquier hora del día sin importarle si la gente descansa, si hay enfermos o personas que no pueden estar continuamente bajo el estresante efecto que produce la música estridente” y básicamente de estar fuera de los controles municipales porque – como es de dominio público – la comuna de esta capital ha pactado una suerte de “zona liberada” para que los partidos políticos realicen sus actos proselitistas, sin ningún tipo de restricción y por fuera de las Ordenanzas.
“Hay gente de la cuadra que se ha comunicado con él por teléfono, peor no han logrado que les diera una respuesta”, señalaron desde una de las viviendas distante a unos 50 metros de la esquina donde permanece abierto el local partidario.
Pasacalles y carteles
Si bien se ha modificado levemente la modalidad de dispersar consignas políticas en la ciudad de manera desprolija, ahora los candidatos han optado (en su mayoría) por no realizar tantas pegatinas y enchastres en paredones y lugares públicos (aunque aún persisten algunos desaprensivos que pintan paredes que luego no limpian) han optado por distribuir carteles donde lucen gigantografías partidarias en espacios verdes o atados a columnas de alumbrado.
Sin embargo, estos carteles son violentamente tratados por los fuertes vientos que por esta época comienza a azotar la región, con lo cual, conlleva un importante peligro para el peatón.
Otra de las quejas que realizan los vecinos en la proliferación de pasacalles que con los vientos se cortan y castigan vehículos y personas, constituyéndose en un verdadero peligro por la gran cantidad de estos elementos de propagandas que se encuentran distribuidos en la vía pública, tanto en el centro como en los barrios periféricos.
También ha sido cuestionada la publicidad callejera con altavoces a cualquier hora, toda vez que camiones y autos particulares propalan música y consignas partidarias a un volumen que ni siquiera permite distinguir claramente, en muchos casos, de qué candidato se trata, dado que el excesivo volumen satura la salida de los parlantes.
Existe en la Municipalidad de Río Gallegos una reglamentación clara al respecto. Nadie las cumple y el órgano de aplicación no lo controla. Debemos considerar que en épocas de elecciones, toda norma puede ser vulnerada sin ningún tipo de excepción, por aquellos mismos que como candidatos a Intendentes y Concejales, mañana se sentirán con la autoridad para hacerlas cumplir, publicó la Agencia OPI Santa Cruz.