Las agroexportaciones argentinas reportaron en noviembre un ingreso total de 1.999 millones de dólares, según la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC). Esto representó un aumento del 99% en comparación con el mismo mes de 2023, aunque marcó un descenso del 21% respecto de octubre de 2024. Durante los primeros once meses de 2024, la liquidación acumulada mostró un incremento del 25% en comparación con el año anterior.
El ingreso de divisas en noviembre respondió a un buen ritmo de ventas de granos por parte de los productores y a un sólido programa de embarques de harina y aceite de soja. Sin embargo, tanto la exportación de granos como la industria aceitera enfrentaron altos niveles de capacidad ociosa y márgenes negativos permanentes, lo que continuó presionando la rentabilidad del sector.
La liquidación de divisas tiene una relación directa con la compra de granos que serán exportados en su estado natural o como productos procesados. En promedio, la anticipación del ingreso de divisas ronda los 30 días para granos y hasta 90 días para aceites y harinas proteicas, dependiendo del momento de la campaña y el tipo de grano. A pesar de ello, no se registraron retrasos en las liquidaciones, subrayaron desde CIARA-CEC.
El complejo oleaginoso-cerealero, que incluye al biodiésel y sus derivados, fue responsable en 2023 del 50,1% de las exportaciones argentinas, de acuerdo con datos del INDEC. La harina de soja, con una participación del 12% del total exportado, se posicionó como el principal producto de exportación del país, seguida por el maíz (11%) y el aceite de soja (6,9%).
En noviembre, la economía argentina continuó enfrentando desafíos estructurales, aunque el Banco Central logró cerrar el mes con un saldo positivo en sus intervenciones cambiarias, acumulando 1.608 millones de dólares. Este resultado se produjo en un contexto de creciente demanda de divisas por parte de los importadores, y marcó un desempeño estacionalmente favorable considerando el comportamiento del comercio exterior en el último trimestre del año.
Desde que el actual gobierno asumió, las reservas internacionales brutas aumentaron 10.272 millones de dólares, alcanzando 31.636 millones al cierre de noviembre, el nivel más alto desde junio de 2023. Este crecimiento reflejó las compras netas realizadas por el Banco Central y la acumulación de divisas para cubrir vencimientos programados, como los de enero de 2025.
Pese a estos avances, el sector agroindustrial sigue operando con altos niveles de capacidad ociosa, que en el caso de la industria aceitera ronda el 70%. Este factor, combinado con márgenes de rentabilidad negativos, limita las posibilidades de recuperación del sector en el corto plazo.
Las comparaciones interanuales y mensuales de las liquidaciones de divisas suelen reflejar variaciones significativas debido a la influencia de factores exógenos, tales como oscilaciones internacionales de precios, volumen y calidad de las cosechas, y medidas regulatorias locales o extranjeras. A esto se suman otros elementos como condiciones climáticas, medidas de fuerza sindicales y feriados internacionales, que impactan de manera directa en el ciclo comercial de los granos.
Pero la clave está en las señales de política que, ante la abundancia de divisas que generó en el sector financiero el blanqueo, dispara los préstamos en dólares baratos que los exportadores pasan a pesos y colocan a tasas de interés que están por encima del crawling peg, el ritmo de 2% de suba mensual del dólar mayorista. Y, a la inversa, las apuestas de los importadores que aprovechan las mismas señales.
Por otro lado, se observa que los exportadores mantienen una relación estrecha con las autoridades monetarias y económicas, alineando sus estrategias de venta y liquidación con las necesidades del Tesoro y del Banco Central. Esto incluye la anticipación de compras de dólares por parte del Tesoro para cumplir con vencimientos de deuda externa, lo que influye en el saldo final de las reservas internacionales.
Según analistas del sector, los avances logrados en la estabilización del tipo de cambio y la reducción de la brecha cambiaria también jugaron un papel relevante en las decisiones de liquidación de divisas durante los últimos meses.