Sin contar la pérdida de poder adquisitivo por la inflación, los jubilados que cobran la mínima, perdieron desde la Reforma Previsional en diciembre de 2017, casi un sueldo solo con el cambio en la forma de actualizar el monto de los haberes, gracias a la fórmula propuesta por el senador Picchetto.
«Los jubilados no van a perder con el nuevo sistema de ajuste”, decía Mauricio Macri, en diciembre de 2017, al tiempo que negociaba con el senador Miguel Pichetto -vaya a saber qué-, para que éste y el bloque que preside vote la reforma previsional, cuyo carácter lesivo a los intereses de la clase pasiva, era advertida por no pocos especialistas en la materia, y ocultada por los grandes medios editados en la Ciudad de Buenos Aires.
Desde el 2008, las jubilaciones y pensiones tenían por ley, un incremento garantizado dos veces por año, en marzo y septiembre, en base a un coeficiente que promediaba la variación de salarios de la economía con la variación de la recaudación tributaria semestral con un rezago de 6 a 12 meses.
Con la aprobación legislativa del cambio en la ley de movilidad jubilatoria, el coeficiente de actualización pasó a estar compuesto un 70% por la variación del IPC oficial y un 30% la variación de los salarios, al tiempo que se pasaba de 2 a 4 actualizaciones en el año, entre otras modificaciones que aseguraban al gobierno de Cambiemos reducir el nivel de erogaciones en el Anses, y terminar con nuevas jubilaciones por moratoria.
Efectos negativos
Según el estudio de Cepa, la nueva fórmula para la actualización de haberes, en la práctica tiene importantes efectos negativos para los jubilados: por un lado consolidaba la pérdida en el poder adquisitivo de las jubilaciones experimentada durante los dos primeros años de la gestión de Cambiemos.
Por el otro, sumado a otras medidas en torno al sistema previsional como “la eliminación de la moratoria jubilatoria, la consolidación del quiebre de un sistema jubilatorio inclusivo, donde no todos los adultos mayores pueden aspirar a los mismos derechos, sino que consolida un esquema de jubilados de primera y de segunda”.
Promesas al viento
Los datos de actualización de haberes de marzo pasado, coinciden con los valores inflacionarios del primer trimestre de 2019, que alcanzó 11,83%, dando así por tierra las promesas del Gobierno de la recuperación del poder adquisitivo de las jubilaciones en este periodo.
Resulta particularmente relevante el análisis de los índices de este año. Lo que se observa, es que, durante 2019, la inflación considerada para la movilidad (julio a diciembre 2018) habrá alcanzado un 27,24%, mientras que el RIPTE ascendió a solo 16,02%, lo que deriva en un aumento acumulado de las jubilaciones de 23,84%. Es decir, la “fórmula Pichetto”, que incluyó la variación salarial, perjudicó a los jubilados en casi 3,5 puntos.
Saqueo legalizado
Como mencionó Cepa en otras oportunidades, esto debió haberse subsanado indicando que se utilizaría el mayor de los valores entre la fórmula prevista o la inflación. En ambas actualizaciones es posible distinguir que son los salarios los que varían por debajo de la inflación.
El gráfico que ilustra esta nota, muestra en la segunda columna el monto de la Jubilación mínima con la fórmula actual, en tanto que en la cuarta columna, se muestra el monto de la Jubilación mínima con movilidad ajustada con la “fórmula Pichetto”, y en la última se verifica la pérdida que sufrieron los pasivos desde diciembre de 2017, que orilla el promedio de la mínima en dicho período.