La Escuela de Educación Especial y Formación Integral N° 521, es una de las escuelas destinadas a personas con discapacidad que funcionan en esta ciudad; es la única destinada a la población de adolescentes entre 12 y 18 años.
Desde que comenzó el ciclo lectivo se encuentran sin clases presenciales debido a los problemas que tiene el edificio; principalmente dos cuestiones alarman a las familias: la falta de calefacción y el ascensor que no funciona, según publicó Crónica.
La institución cuenta con una planta baja con oficinas administrativas, un SUM y un comedor y talleres en el patio externo; y con un primer piso en el que se encuentran las aulas en las que se dictan los talleres para los 100 alumnos inscriptos. Se dicta artística, carpintería, huerta, herrería, cocina, electricidad, entre otros.
Desde su creación, el ascensor fue la única modificación que se le hizo al edificio. Fue colocado hace aproximadamente 12 años y no funciona hace más de 6 años, es decir que desde que fue incorporado estuvo más tiempo parado que en funcionamiento. Algunos de los jóvenes que se encuentran próximos a finalizar su trayectoria dentro de la institución nunca lo pudieron utilizar.
Estiman que aproximadamente 10 estudiantes cuentan con problemas de movilidad como inestabilidad motriz, uso de andador o silla de ruedas. El no poder desplazarse hacia las aulas modifica el dictado de las actividades lo que implica una gran tarea y esfuerzo, tanto para el equipo docente como para los chicos y chicas a quienes les cuesta adaptarse a estas situaciones.
Las familias expresaron que están cansadas de no tener respuestas, por lo que comenzarán a organizarse para buscar soluciones concretas a los problemas de la escuela que sienten son el resultado del “abandono y desidia absoluta”.