“En estos meses se vendieron el triple de bicicletas que el año pasado”

Electrodomésticos, productos de ferretería, bicicletas, refrigeración, muebles, madera son algunos sectores hacia los que se canalizó la demanda de familias con algunos ahorros y fatigadas por el confinamiento. Pero ya empezó a haber faltantes. La…

lunes 19/10/2020 - 11:51
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Electrodomésticos, productos de ferretería, bicicletas, refrigeración, muebles, madera son algunos sectores hacia los que se canalizó la demanda de familias con algunos ahorros y fatigadas por el confinamiento. Pero ya empezó a haber faltantes.

La combinación de pandemia, recesión, confinamiento, ahorro forzado para quienes gozan de ingresos regulares, dólar caro, inflación contenida e incertidumbre sobre el futuro no es un “pum para arriba” para la economía. Sin embargo, en algunos sectores esa mezcla está detrás de un boom relativo de demanda que les permite escapar de las generales de la ley.

“En estos meses se está vendiendo el triple de bicicletas que el año pasado”, dice Daniel Tigani, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de la Motocicleta, Bicicleta, Rodados y Afines (Cimbra). Con el transporte público limitado y en muchos casos deliberadamente evitado, la construcción de bici-sendas en CABA y otras ciudades y un cambio cultural que prioriza el cuidado de la salud, el aire libre y la reducción de la “huella de carbono”, la bici, medio de transporte ya consolidado en Europa, ganó impulso adicional con la pandemia, a pesar de la recesión general.

“La venta es fuerte y sostenida”, subraya Tigani, quien señala que en 2020 se superará “y por mucho”, el récord de 1,7 millones de bicicletas vendidas que se había alcanzado en 2017, poniendo fin a dos años de recesión del sector. En el país hay una veintena de fábricas de bicicletas diseminadas por todo el país; en general el armado final de una bici (el 90% de las que se comercializan son de producción nacional, con un componente de partes locales mucho más alto que en autos y motocicletas) ocurre cerca de los grandes centros de venta. La mitad de las ensambladoras del país está en el Gran Buenos Aires.

Otro factor a favor fue la aparición de nuevos vendedores (firmas como Frávega y Garbarino) y el acuerdo de Cimbra con la Cámara de Concesionarios de Motos (Cadecom), que al contar con talleres propios y personal capacitado en ventas y garantías, favoreció un sector marcado por las bicicleterías tradicionales, altamente informales y no habituadas a la venta a crédito o la certificación de normas de seguridad. Los concesionarios de motos, en cambio, venden un producto en blanco, registrable, trazable; en fin, una cultura comercial que favoreció y modernizó la venta de bicicletas.

Más de 100.000 bicicletas

Las ventas superan cómodamente las 100.000 unidades por mes; el grueso es de bicis “familiares”, de un precio promedio de $ 15.000. Las deportivas, importadas o con mayor componente importado cuestan de $ 35.000 para arriba y ahí empieza a jugar la venta a crédito, que se amplió con los nuevos canales. El 90% de las ventas son de bicicletas nacionales. Actualmente hay algún retraso en la importación de bicis y de partes, por demoras del Central. Y lo que se encareció, debido a los protocolos de seguridad, es el costo logístico.

Por la recesión previa, el sector estaba muy stockeado cuando comenzó la pandemia y cuando en junio se reabrieron las ventas, la demanda explotó. “Hubo una liquidación de stocks impresionante”, dice Tigani. Mientras, se reactivó la producción “y hoy en algunos modelos ya hay entregas a plazo”, cuenta. Las plegables, por caso, están para entregar en noviembre, por falta de cuadros de aluminio importados.

Estacionalmente, esta es la época fuerte del año para la venta de bicicletas. La temporada arranca en junio, con el Día del Niño y se sostiene durante la primavera y el verano, para replegarse desde marzo, cuando el sector comienza a producir y stockearse a la espera del próximo Día del Niño.

Además, el sector tiene buenas perspectivas para 2021. “Estamos en medio de un cambio cultura a nivel mundial, que se replicó en la Argentina; el próximo paso es la revolución de las bicicletas eléctricas”, dice. En la Argentina ya se producen en Mendoza y La Plata. Se trata de un producto, dice Tigani, que va a “comerse” parte de varios mercados: bici convencional, moto, auto, transporte público. En Europa, precisa, ya la mitad de las bicicletas que se fabrican son eléctricas. Cimbra está en tratativas con los bancos Nación y Provincia para un plan de crédito como el que tuvieron las motos. “Pero es para más adelante –cierra Tigani– si lo hiciéramos ahora no tendríamos espalda para satisfacer toda la demanda”.

(istock)
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Fierros varios

Sergio Angiulli, presidente de la Cámara de Ferreterías y Afines de la República Argentina (Cafara) señaló a Infobae que desde mitad de septiembre el panorama de ventas varió sustancialmente. “Los productos que más se vendieron son tornillos para armar mamposterías, pinturas, principalmente latex y esmaltes sintéticos)”. En general, se trata de rubros asociados a la construcción en pequeña escala que se refleja, por ejemplo la venta de mezclas para pegar cerámicos y azulejos, en la venta de cables, llaves térmicas y disyuntores, accesorios para instalaciones, candados y cerraduras, accesorios y repuestos para baños, taladros, amoladoras, alcohol y sanitizantes, guantes, caretas faciales y barbijos de todo tipo.

“En las reuniones con ferreteros de distintas partes del país, escucho que todos vieron crecer sus ventas en esos ítems”, siempre a partir de septiembre, dice Angiulli, con un predominio de venta en cuotas pero una buena porción de contado. La clientela es fundamentalmente clase media y baja. Las personas de mayores recursos compran a través de personas del oficio que contratan, respondió a Infobae.

Guillermo Freund, titular de la Comisión Electrónica de Cadieel (Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas) señaló por su parte que “todos los productos que se fabrican en el ámbito de Cadieel y ayudan a solucionar, mediante informática y movilidad eléctrica, las demandas de aislamiento y teletrabajo tuvieron un aumento de demanda”. En el caso de informática, empujó un programa del ministerio de Educación con el BNA que permitió vender unos 40.000 equipos a docentes de todo el país (venta online con financiación del BNA a 36 meses), que se extendería a otros organismos del estado que necesitan “conectar” a sus funcionarios. El repunte, dice Freund, se dio parejo en todo el país. El perfil de los compradores es clase media y media-alta, pero con el crédito el mercado se amplia. “Estamos trabajando para que prontamente las bicicletas eléctricas también se puedan comprar en planes de 36 cuotas para que más gente pueda acceder”, dice Freund, haciéndole eco al entusiasmo de Tigani, de la cámara de bicicletas.

Obras familiares

El inicio de “la obra chiquita, familiar” arrancó entre agosto y septiembre y hace tres semanas se sumó la liberación de obras en CABA, dijo Pablo Gaitán, de Corralón Ciudadela, que desde sus galpones a 400 metros de la General Paz abastece tanto a CABA como al Gran Buenos Aires. Las obras familiares activaron al minoreo (membranas, hierro, madera, techos) en cambio las obras medianas apenas si están mojando los dedos en el agua. Aún así, dice Gaitán, las fábricas de hierro, varillas de de acero, chapa y ladrillo hueco “no dan abasto”.

«Estamos mejor que en marzo, pero si me preguntás cuánto va a durar, no creo que dure mucho, le dijo Gaitán a Infobae. Por ahora, la cobranza y los precios están siguiendo la inflación, no el dólar-blue, y en la última semana aumentó el precio del cemento. “Es más o menos como en el súper”, dice, aunque siempre puede haber comerciantes que aprovechen urgencias para vender, por caso, una bola de cemento a $800 en vez de a $ 640/650. Las cuestiones de logística, por las barreras al transporte y el cumplimiento de protocolos, dice, no se reflejan tanto en los precios como en las dificultades para planificar el día a día. Un caso notable, dice, fueron las dificultades que tuvieron las placas de yeso provenientes de San Juan para pasar Córdoba. Por ahora esas cuestiones, apunta Gaitán, no afectan mucho los precios, pero complican la planificación diaria del trabajo, recepción, entregas.

Quinchos nuevos y arreglos en casa
Quinchos nuevos y arreglos en casa

El Corralón no tuvo ningún caso de Covid, cruza los dedos Gaitán. «Todos nos cuidamos, vamos con barbijo, alcohol en gel a mano y ya no hacemos los asaditos de los viernes, pero en las fábricas es más complicado. Las entregas, además, se limitan a la puerta del comprador.

Para convencerse de que el veranito durará, en el Corralón quieren ver que se reanuden obras medianas y grandes. Y ahí el panorama es incierto. Gaitán avisa de una obra grande en Palermo, cerca de Paseo Alcorta, que aún no se reanudó. “Esos tipos tienen información que uno no tiene”, dice. Los constructores, analiza, seguramente ven los rebrotes en Europa y temen comprometerse con una obra a dos o tres años y tener que pararla dentro de 6 meses. “De acá a fin de año hay buen laburo –concluye- después se verá”.

Más directamente ligado a la producción, Luis Adur, presidente de Bombadur, que fabrica bombas para Refrigeración Industrial, GLP y Gases Industriales, señaló a Infobae que el sector se activó bastante rápido. De hecho, comenzó antes, traccionado por la cadena de producción cárnica y las ventas a China y otros mercados, a lo que se sumó luego la venta de frutas y lácteos. El crecimiento de la demanda interna favoreció a Bombadur, que provee bombas de refrigeración a la cadena alimenticia. Incluso el sector pesquero, muy dependiente de la refrigeración, dice, volvió a niveles de producción de sus mejores años, gracias a una buena pesca y cierta reactivación exportadora. Las zonas donde la demanda más se movió, dice, fueron “Centro, Valle, Patagonia y NOA, por los cítricos”.

Eso sí, dice Adur, atender a una clientela dispersa se complica. «Nos estamos reinventando en las ventas, ya no podemos visitar clientes fuera de nuestras provincias, lo que nos obliga a ser más digitales que nunca y eso en algunos casos es un gran problema. Visitar empresas es una inversión de logística muy grande y con mucho riesgo y eso nos limita el trabajo en otros países. Lo que no hay son grandes proyectos en vista, “fuera de lo que podría ser para la inversión china en porcinos”, dice Adur. En cambio, cierra, hay reactivación de algunas viejas plantas, cercanas a centros de consumo. “A mi parecer, la pandemia, por un tema de salud y de encierro de la población hay más demanda de alimentos y eso hizo que nuestros clientes tuvieran que aumentar la producción: es como decían las abuelas, si comemos bien tenemos mejor salud”.

En medio de la pandemia parte del dinero de las familias va a arreglos o modificaciones domésticas, como decoración, refacciones y ampliaciones
En medio de la pandemia parte del dinero de las familias va a arreglos o modificaciones domésticas, como decoración, refacciones y ampliaciones

Toco madera

El confinamiento, la disposición de ciertos ahorros y la perspectiva de pasar incluso las vacaciones en o muy cerca de la casa, impulsaron también la demanda de diversos artículos de madera. “La gente está más tiempo en su casa, tiene menos gastos de traslado y ropa, no salió de vacaciones de invierno y no ven cómo serán las de verano, así que el dinero lo vuelcan a un tímido consumo para arreglos o modificaciones domésticas: decoración, refacciones, ampliaciones”, explica Daniel Vier, presidente de Cadamda, la Cámara de la Madera, una institución de más de 100 años que agrupa desde productores forestales hasta aserraderos, industrias y fabricantes de productos «para la preservación y el embellecimiento de la madera, asociada a la Federación de la Industria Maderera y Afines (Faima).

Lo que describe Vier se refleja también en el perfil de ventas: “las empresas que tienen atención de mostrador observan mejor demanda que las que tienen mayor participación en atención de obras de construcción privadas o públicas, ya que han estado más de 7 meses sin poder operar por la prohibición a circular”, dijo a Infobae.

Respecto del inicio de la pandemia, precisó Vier, producción y ventas repuntaron un 45%, pero la actividad no está a pleno y hay faltantes de materiales y productos terminados. Eso se debe, explicó, a que las empresas estuvieron mucho tiempo cerradas y tienen personal que todavía no puede ir a los establecimientos, las propias estructuras de producción se achicaron para adaptarse a un mercado reducido y las madereras, “formadoras de precios están exportando más del 50% de su producción”. Por otra parte, señaló, en este momento es difícil diferenciar si algunas demandas son por consumo genuino o especulativo y persiste una “falta de confianza en las variables económicas y políticas”.

En la actual incertidumbre, dijo Vier, las condiciones de pago se restringieron mucho y prima el contado contra entrega o contado anticipado, con lo cual los productores buscan limitar el impacto de lo que llamó «un significativo incremento de costos adicionales de producción que antes no existían, como barreras protocolares en aislamiento físico, materiales de esterilización, señalización de distanciamiento entre operadores de máquinas, nuevos lay outs de maquinaria y puestos de trabajo y el costo llevar y traer y llevar al personal que todavía no puede utilizar los medios públicos.

Cosas que, claro, no necesitan saber las familias en busca de una nueva alacena, o dispuestas a empezar a probar con la bici, o comprar una nueva cocina, o hacerse un quincho para pasar mejor el verano. Aunque de momento sean básicamente ellas quienes muevan la demanda en los sectores que, al menos por ahora, están escapando de la recesión en medio de la pandemia y a punto de cumplirse siete meses de cuarentena.

Fuente: infobae.com

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