Entre enero y junio, el grueso del ajuste recayó en los llamados «gastos de capital», que se redujeron 20% en términos nominales, con lo cual el ajuste real es casi del 50%. Los mayores recortes se dieron en los planes de vivienda ($ 8.000 millones menos); obras viales ($ 7.000 millones menos); y obras de «agua y alcantarillado» (1.775 millones menos). Los salarios públicos vienen 10 puntos debajo de la inflación, y ya está pasando la tijera sobre las transferencias a provincias. En cambio, jubilaciones y prestaciones sociales crecen al ritmo de los precios.
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El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne destacó que Argentina viene sobrecumpliendo las metas de reducción del déficit fiscal fijadas para este año. Ciertamente, para el primer semestre del año la meta de déficit primario (antes de intereses) era de 1,1% del PBI, un rojo de $ 148.000 millones. Pero según mostró Dujovne, al primer semestre el déficit operativo fue del 0,9% del PBI, un agujero de $ 122.636 millones. De ahí que en el Ministerio de Hacienda confíen en que podrán cumplir sin problemas este año la pauta de déficit fiscal acordada con el Fondo de 2,7% del PBI, unos 362.500 millones de pesos a valor de hoy.
Los números detallados revelan que el grueso del ajuste está recayendo en la obra pública. Los llamados «gastos de capital» cayeron 19,9% en el primer semestre, comparado con igual período del año pasado, un recorte de más de 20.000 millones de pesos. Obviamente, teniendo en cuenta que entre junio de 2018 e igual mes del año pasado la inflación fue del 29,5% el ajuste en términos reales es de casi el 50%.
En el desagregado, la mayor poda se dio en las siguientes partidas:
— La ejecución de fondos para la construcción de viviendas se redujo en en unos 8.000 millones de pesos, una caída del 48,9%.
— Mientras que en obras viales (Transporte), el ajuste fue de unos $ 7.000 millones, un 28,9% menos.
— En «Agua y alcantarillado», en tanto, se invirtieron 1.775 millones de pesos menos que en el primer semestre del año pasado, lo que significa una disminución del 18,3%.
Los registros oficiales también muestran que los gastos en jubilaciones y prestaciones sociales crecieron 29,2%, en línea con la inflación. Mientras que el resto del «gasto corriente» corrió por detrás de la inflación –lo también supene un achique en terminos reales pero no tan importante como ocurrió con la obra pública. Los salarios públicos crecieron 19,1%, 10 puntos debajo de la inflación. Mientras que la partida de subsidios se incrementó 8%, es decir que se achicó en términos reales casi 20 puntos.
Sí hay ya desde este año un ajuste también importante en las transferencias corrientes a las provincias (que incluyen desde el Fondo de incentivo docente hasta los fondos para cubrir los déficit de las cajas previsionales de 13 provincias): allí la baja fue del 5,5% nominal, unos 1.722 millones menos que el año pasado.
