El comienzo de 2025 marcó el origen de la generación Beta, como la bautizó el investigador social australiano Mark McCrindle. De acuerdo con su definición, los bebés que nazcan desde el 1 de enero de este año hasta el 2039 estarán influenciados por los avances tecnológicos, principalmente por la IA.
Esta nueva población, denominada así por el alfabeto griego, le sigue a la generación Alfa (los nacidos entre 2010 y 2024). Cada generación se delimita en intervalos de 14 años para que los investigadores futuros puedan hacer “análisis más exhaustivos y comparaciones globales”. La próxima generación, llamada Gamma, comenzará desde 2040 y terminará en 2054.
De acuerdo con el demógrafo, el término “generación Beta” indica que estas personas “se verán moldeadas por un mundo completamente diferente”, según escribió en el artículo “Bienvenidos a la generación Beta”, publicado en su blog.
Los bebés de la generación Beta serán los hijos de los millenials (1981-1996) y de los más grandes de la generación Z (1997-2010), y “muchos de ellos vivirán para ver el siglo XXII”, afirma McCrindle. Además, para 2035, representarán “el 16% de la población mundial”.
La IA y la automatización estarán integradas a la vida cotidiana, pero tendrán más desafíos sociales
El investigador explica que la generación Beta vivirá en un mundo en el que el límite entre lo físico y lo digital será “indivisible”. La generación Alfa vivió el auge de la tecnología y el avance de la inteligencia artificial, y ahora, esta nueva sociedad tendrá a la IA y la automatización como parte de su vida diaria, “desde la educación y los lugares de trabajo hasta la atención médica y el entretenimiento”.
Estos serán los hijos de padres Z que son más conscientes tanto de los aspectos positivos como las desventajas de la tecnología y las redes sociales, por ende, más propensos a limitar el uso de las pantallas.
Por otro lado, McCrindle señala que la generación Beta “heredará un mundo que se enfrenta a grandes desafíos sociales” como el cambio climático, los cambios demográficos sociales y la rápida urbanización como prioridades, por lo cual “la sostenibilidad no será solo una preferencia, sino una expectativa”.
Al ser influenciados por sus padres, la nueva generación tendrá una “mentalidad más global, más centrada en la comunidad y más colaborativa que nunca”. La conexión con la generación Z también les permitirá manejar su “identidad digital con seguridad y sabiduría”, ya que los ayudará a conservar su individualidad en un mundo dominado por la tecnología en los ámbitos educativo, profesional y personal.