Las maestras que fallecieron el martes pasado en un accidente de tránsito sobre ruta 3, cuando regresaban a Comodoro Rivadavia, fueron despedidas este jueves con un emotivo cortejo fúnebre hasta el Cementerio Oeste. El esposo de María Cristina Aguilera pidió que “su lucha no sea en vano”.
Ayer por la tarde, los restos de Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilera, arribaron a Comodoro Rivadavia. Los espero un grupo nutrido de docentes que se congregó en ruta 3 y 39.
El velatorio se realizó en las Salas de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada, sobre Avenida Hipólito Yrigoyen, donde además de familiares, se acercaron compañeros de trabajo y alumnos de la Escuela 738 en la cual ellas se desempeñaban.
Hoy jueves, cerca del mediodía el cortejo fúnebre rumbo al Cementerio Oeste, fue acompañado con aplausos.
Jorge Mansilla, esposo de María Cristina manifestó unas emotivas palabras a la prensa que estaba presente en el lugar. Comentó que ella le había dicho que no tenía ganas de viajar, pero que no dejaría solas a sus compañeras.
“No vamos a ir en un micro, por si hay disturbios, vamos en auto y volvemos en auto, tranquilo, ese fue el error”, pronunció el hombre y pidió “tiene que haber un antes y un después de las muertes de Jorgelina y Cristina, porque si no, sus muertes no valieron nada y mañana nos olvidamos”.
“No quiero que su muerte sea en vano, yo voy a ocupar su lugar, yo soy Cristina y voy a acompañar, sino no tendría sentido su muerte y la de su amiga, el mensaje es que los que quedaron, sigan”, apuntó Jorge.