«Siempre se puede, solo es cuestión de intentarlo», es la frase elegida por Sebastián Inalaf en su cuenta de Facebook. No es casualidad. Se trata de un guerrero que junto a su hermosa hija Milagros se sobreponen a los obstáculos y ofrecen un ejemplo de superación y pasión que conmueve a todo San Antonio Oeste, en una historia de amor pocas veces vista.
El es un apasionado del canotaje, ella una encantadora niña que nació con una meromelia transversa en las cuatro extremidades. Pese a todo, forman una dupla inquebrantable, en las competencias deportivas como en la vida. Y este fin de semana, volvieron a emocionar al pueblo al participar de un exigente desafío.
Es que en en el atletismo encontraron la manera de compartir juntos una de sus pasiones y “ganar medallas” como tanto le gusta a ‘Mili’. En el Trail “Día del amigo” demostraron que nada los detiene.
“Yo lo puedo disfrutar con mi hija, ella es feliz, es mi motor, la que me da la fuerza para salir adelante”, contó Seba tras la dura prueba del Desafío del Día del Amigo, que consistió en 8 kilómetros en el Cerro de La Caballada.
«Milagros tiene que estudiar, si no estudia no se corre. Hace una vida súper normal, me enseña día a día a mí, a mi señora, a sus hermanitos. A la gente le digo que no se quede en sus casas, la idea es que se superen, como lo estamos logrando con mi hija”, agregó «papá coraje».
«Yo siempre fui del canotaje, me preparaba para correr la Regata del Río Negro, pero ella siempre me decía: ‘Papá quiero ganar medallas’, y la solución que le pude encontrar fue la de correr la Maratón con la nena. Antes de cada objetivo, le pregunto si lo quiere correr y lo hacemos, me sale de adentro, es hacerla feliz a ella”, amplió uno de los protagonistas de esta maravillosa historia.
“Ella lo único que quiere es una medalla, me dice que le encanta que la gente la aplauda. Ella es mi gran ejemplo, lo de correr con ella es algo maravilloso, yo todavía no me doy cuenta lo que estoy haciendo. Mi señora me pregunta que es lo que siento, pero me olvido de las cosas, porque me concentro con las charlas con mi hija, lo que vivimos este fin de semana es algo increíble, ella me guía, es mi mapa en las competencias”, agregó con visible emoción y chochera de padre.
El hombre realiza un esfuerzo titánico. Pero la recompensa justifica todo y calma los dolores físicos. “Silvio Rojas me ayuda mucho con el tema de salir a correr. Es muy desgastante, pero la alegría que tiene mi hija hace que no exista el dolor. Mili siempre quiere ir al máximo, hemos tenido varias carreras, hemos disfrutado de varios maratones, donde nos inviten vamos a estar siempre presentes”.
Su hija lo inspira y motiva, claramente. “Es muy competitiva, ella va haciendo la carrera, planifica todo, obedezco a ella. Dos o tres días a la semana salgo con ella. Antes del Trail entrené con una mochila llena de arena para salir a entrenar, porque va a la escuela y además la tengo que cuidar del frío”.
Sobre la grata reacción de los otros competidores, destacó: “Los demás corredores me felicitan, me aconsejan, es una enseñanza, el ‘no’ es una excusa, porque todo se puede en la vida, solo hay que tener ganas. Las limitaciones se las pone uno, cada vez que me preguntan o veo a alguien mal los aliento a que se puede”.
Por último adelantó los próximos y ambiciosos objetivos: “Nos tenemos que preparar para el 3 de septiembre que tenemos el “Desafío Madryn” que son 13 kilómetros, después tenemos la Maratón Stilo y otro Trail que nos invitó la gente de Fénix Multieventos”.
Seba y Mili, dos campeones que brindan una lección de vida en cada carrera y todos los días.