Elecciones 2011: ¿qué rol jugará la fuerza centrífuga?…

Por Daniel Alonso Una nueva tenida electoral es inminente en la provincia. Y en la Nación, claro. Un desenlace cívico que aunque no nos guste, 80 por ciento de la población toma con escasa responsabilidad,…

martes 23/11/2010 - 14:21
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Por Daniel Alonso

Una nueva tenida electoral es inminente en la provincia. Y en la Nación, claro. Un desenlace cívico que aunque no nos guste, 80 por ciento de la población toma con escasa responsabilidad, y conocimiento profundo de los partidos, las ideologías, los hombres.

Y es precisamente esa mayoría quejosa –no silenciosa- la que marca la diferencia. La que decide. La que incide en forma decisiva en los resultados.

Es la que en términos generales –pese a esas supuestas críticas—no se equivoca. Está ajena al entramado íntimo de intereses y pasiones dentro de las corrientes políticas más populares, o las más pequeñas que subsisten como rémora de las que captan las preferencias iniciales.

Y, sin embargo, suele dar vuelta el curso de la Historia, con más intuición que reflexión. O sabe sostener en el tiempo procesos que aunque no le favorezcan directamente el bolsillo individual, le huelen a una cercanía de identidad, inconfundible.

Así supo por más de medio siglo ser el viejo Radicalismo el que –pese a sus despistes conservadores- capitalizó el olfato popular con su antigua tradición de enfrentar a las poderosas oligarquías.

Y así es el Justicialismo ya por más de sesenta años, el que aún con despistes neoliberales o poses más izquierdosas que de izquierda, continúa representando –grosso modo— las mayores expectativas sobre una acrecentamiento de la Justicia Social, la redistribución de la riqueza, la eliminación de las intolerables desigualdades que un territorio tan rico hace imperdonables.
RECUERDOS DE PROVINCIA
En Chubut se vive una pletórica etapa peronista. Tan pletórica como confusa y paradójica. Un caudillo visceralmente justicialista, que se descolgó del irrepetible y revolucionario reencuentro del proceso nacional con la senda de una identidad bien nacional, bien antiimperialista, bien peronista.

Como otras tantas veces, las elecciones provinciales deberán, primero, tratar de demostrar que pueden escapar de al fuerza centrífuga del liderazgo nacional. El propio Mario Das Neves se sorprendió en 2003 cuando se hizo del poder en la provincia pese a ir desenganchado de las nacionales, realizadas seis meses antes…

Era la Ia fuerza centrífuga nacional.  Lizurume y Aubía casi no hicieron campaña, ante la falta de recursos y expectativas del Justicialismo. Hasta el presidente Néstor Kirchner había venido a apoyar la reelección del radical en un acto en Puerto Madryn donde aparece en la foto –como edecán de ambos—el “monje negro”  Rafael Cambareri…

OREJEANDO

Será templado el verano en ciernes. Al menos en el plano político.

Una especie de justicialismo provincial que se apresta a alinearse en la Nación por afuera de la estructura partidaria, le achaca a su principal oposición interna hacer lo propio en su territorio. Ambas facciones hablan de unas supuestas internas –eludidas- que el afiliado de a pié no acierta a adivinar en base a que Carta Orgánica se iban a realizar: si las de un supuesto Peronismo Federal ajeno al Partido Justicialista Nacional, o la de un Frente para la Victoria, que en la provincia está fuera del marco partidario…

Si, la verdad… ¿qué pueden andar quejándose los políticos de que el 80 por ciento de la gente esté desinteresada, si a los propios interesados en la participación ciudadana sus dirigencias le aportan –de entrecasa- semejante cuadro de confusión institucional.

No importa. Vamos con la intuición. El Soberano, nunca se equivoca.

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