En el PRO analizan constituirse en autoridad para tomar el control del Congreso el 10 de diciembre. Mauricio Macri no logró acordar con Cristina Kirchner un protocolo para jurar como presidente de la Nación y evalúa tomar el Congreso con la fuerza pública para que no haya militantes de La Cámpora en las gradas.
La Constitución obliga a Macri a jurar ante la asamblea legislativa, pero no necesariamente a entregar el bastón y banda presidencial, un ritual que hasta 2003 siempre se hizo en la Casa Rosada. Se modificó ese año porque Eduardo Duhalde había sido elegido por el Congreso y sólo por practicidad y apego a la tarea legislativa Cristina mantuvo el protocolo.
Macri prefiere jurar rápido en el Congreso y hacer la ceremonia formal en la Casa Rosada, pero no pudo ponerse de acuerdo con Cristina en la breve reunión que tuvieron en la Quinta de Olivos.
La presidenta quiere despedirse en un palacio copado por sus militantes de La Cámpora, que ya programó una movilización en el Congreso, recuerda hoy el sitio especializado La Política Online.
Monzó intentó negociar una ceremonia decorosa con Domínguez, pero esta mañana Aníbal Fernández lo desautorizó. Tampoco fue posible acordar con Amado Boudou. “Con Cristina hablen ustedes”, se desentienden ambos.
La situación se tornó tan demencial que la única salida que le encuentran en el PRO es apelar a la fuerza. Esto es posible porque la fórmula presidencial se oficializará el viernes en la asamblea legislativa y los legisladores electos jurarán por la tarde.
O sea, a las 0 horas del 10 todos estarán formalmente en funciones y Monzó, si no tiene opción, podrá llamar a la policía federal y exigirles que no ingresen militantes al Congreso.
Si el conflicto llega a esos términos, la entrega de bastón y banda presidencial no se haría.