Marius Els, un granjero sudafricano, adoptó a un hipopótamo desde que era un bebé en 2005 y consideraba que era “como un hijo”, declaró. Él vivía en un amplio espacio de más de 160 hectáreas y, con la ayuda de sus vecinos, construyó un lago artificial para que su ‘mascota’ pudiera sumergirse y vivir tranquilamente. No obstante, después de seis años, el cadáver del hombre fue encontrado sumergido en el agua tras ser atacado salvajemente por el mamífero.
La trágica historia de Marius Els comenzó cuando decidió adoptar a la cría de un hipopótamo, a la que nombró Humphrey, y le dio un trato especial a diferencia de las otras 20 especies que vivían en el zoológico privado.
Marius, de entonces 35 años, no era capaz de analizar la situación ni medir las consecuencias de sus actos. “Piensan que solo se puede tener una relación con perros, gatos y animales domésticos, pero tengo una relación con el animal más peligroso de África”, sostuvo.
En enero de 2011, un feliz Marius fue fotografiado con su amigo Humphrey. Estaba sobre el lomo del hipopótamo, que, con el transcurrir de sus seis años, había crecido exponencialmente. “Si decide quitarme de encima, entonces me tira como a un caballo. Mis amigos ni siquiera se acercarán a él”, contó.
“Humphrey es como un hijo para mí, es como un humano. Hay una relación entre Humphrey y yo, y eso es lo que algunas personas no entienden”, agregó en ese entonces el exmayor del Ejército sudafricano, quien tenía esposa.
Por más que la gente y sus amigos más cercanos le advirtieron del peligro de dicha convivencia, Marius hizo caso omiso y siguió disfrutando de la compañía de su amigo: de 6 años de edad y 1.200 kilos.