«Imaginemos si acá los argentinos hablásemos argentino y los peruanos, peruano, y los bolivianos, boliviano, y necesitásemos traductores para hablar con los uruguayos». Con esa frase el presidente Mauricio Macri intentó graficar la importancia del lenguaje al inaugurar el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebra en Córdoba con la presencia de los reyes españoles.
En una breve intervención, en la que no faltaron algunos enredos discursivos, el mandatario definió a la lengua como “nuestro mayor activo, la riqueza mejor distribuida de nuestra comunidad”, aunque en su discurso decidió no mencionar a ningún escritor hispanohablante.
Por el contrario, Macri prefirió hablar de “la primer (SIC) vuelta al mundo”, al referirse a la expedición comandada por Juan Sebastián Elcano tras la muerte de Fernando de Magallanes. “Fue financiada por la corona española”, agregó en el segundo cumplido de su discurso hacia Felipe VI y Letizia. “No queremos que se vayan”, había dicho previamente al lamentar que se terminara la visita oficial de estos últimos tres días en la que tantos elogios se prodigaron.
A pesar de haberse equivocado en una regla básica del lenguaje, en la coordinación entre el sustantivo y el adjetivo, luego se vanaglorió de los resultados que obtuvieron los estudiantes argentinos en el Operativo Aprender del año pasado. “Un chico que no comprende lengua probablemente no comprenda Ciencias Sociales ni Ciencias Naturales”, resaltó arrastrando la lengua y pronunciando un poco entendible “probablemente”.
En otro pasaje de su discurso, se animó a hablar del potencial transformador de la lengua. “Está viva, cambia como cambiamos nosotros. La lengua ahora wasapea, tuitea, chatea, se viraliza, se mueve en todas las direcciones en las que se mueve nuestra sociedad y nuestra cultura”, subrayó.