En la Cuenca Neuquina hay 44 equipos perforadores en actividad. Las restricciones al precio interno son un freno de mano para las perforaciones.
La intervención en el precio del crudo y del dólar para el sector petrolero decretada por el gobierno nacional impactó con la baja de nueve equipos perforadores en las áreas de la Cuenca Neuquina.
Es el último número acerca del nivel de actividad en la industria petrolera, que también tiene su correlato en una cantidad no oficializada de sets de fractura fuera de servicio y el parate de las pymes que son parte de la cadena de valor en el sector hidrocarburífero.
Según pudo saber +e en un relevamiento con fuentes de la industria, en la previa del actual escenario de transición política a octubre había en la Cuenca Neuquina un total de 53 equipos.
Es el contexto que imperaba el 31 de julio, a días del resultado electoral de las PASO, luego del cual el gobierno nacional congeló el precio del barril de petróleo en el país en 59 dólares y fijó un tipo de cambio de $45,19 para la moneda estadounidense, unos 15 pesos por debajo del tipo de cambio oficial. Así intentó contener una suba de las naftas en medio de una devaluación del 20% en un solo día, según dijo el secretario de Energía Gustavo Lopetegui.
Las fuentes consultadas indican que en el total de áreas en la Cuenca Neuquina hoy son 44 los equipos perforadores en actividad. Tal como lo consigna el gráfico que acompaña esta nota, la principal petrolera del país, YPF, pasó de tener 27 equipos perforando a contar con 24. Uno de los equipos desafectados estaba en el área Rincón del Mangrullo, otro en Estación Fernández Oro y un tercero en Loma La Lata.
Tecpetrol fue otra de las empresas que dejó equipos “stand by”. Uno estaba en actividad Los Bastos, un área convencional donde la compañía buscaba ampliar el horizonte productivo perforando en la formación Vaca Muerta, en tanto que un segundo equipo se encontraba en Fortín de Piedra, el área emblemática del shale gas del brazo petrolero del Grupo Techint.
También Vista Oil & Gas dejó dos equipos fuera de actividad, uno de ellos en el área Médano de la Mora. La compañía fue la única en manifestar públicamente que las medidas tomadas afectarían el nivel de producción. Es más, llegó a anticipar a través de su CEO Gastón Remy que no se salvarían los costos de producción.
En el caso de Total, el equipo que dejó stand by es del área Aguada Pichana.
Pluspetrol, por su parte, pasó de cuatro a dos perforadores en la Cuenca Neuquina: contaba con tres en La Calera, de los cuales ahora tiene uno, mientras que tiene otro en El Corcovo Norte, según pudo saber +e.
Las petroleras ahora esperan por la resolución de las restricciones internas al precio, en un escenario internacional en el que hay un factor de presión adicional: las tensiones en Medio Oriente parecen indicar que no es descabellado pensar en posibles saltos en el precio del crudo, si bien por ahora se mantiene estable en torno a los u$s 60.
Luego de emitir un decreto que provocó la paralización de las inversiones, y dañó el nivel de confianza, el gobierno nacional trató de dar señales para recomponer el escenario.
Primero quiso dar un subsidio para atenuar el efecto del precio interno a la baja, pero le adosó a tal posibilidad la necesidad de dejar de lado cualquier litigio contra el Estado por la afectación que pudiera haber provocado el nuevo marco normativo.
Luego, amplió la cotización del dólar para el sector, que llegó a los 50 pesos, si bien con el mismo techo al precio del Brent. Autorizó así una suba de las naftas, del orden del 5 por ciento.
Es un parche en medio de un camino hacia la resolución del contexto político caracterizado por la palabra incertidumbre. Es la más mencionada por lo bajo entre los referentes del sector.
Respecto de la etapa previa, el decreto le puso un freno de mano a un proceso en el que el dilema era saber en cuanto tiempo el país podría salir al mercado internacional con más barriles de crudo y colocaciones de gas en firme. Las estimaciones más conservadoras hablaban de una suba de la producción del 15% anual en el shale oil de Vaca Muerta.
La baja de los equipos es un efecto del cambio de escenario hacia uno como el actual, en el que las petroleras hacen la cuentas y esperan por tener certezas de cuál es la política energética que regirá en el nuevo proceso político luego de las elecciones de octubre.
Mientras tanto, van a lo seguro: perforan los pozos que garanticen el crudo que colocarán en el mercado interno, y sobre todo hasta el mes pasado, el que les permite responder al momento del año del mayor consumo de gas.