El socialista Francois Hollande se convirtió este domingo en el nuevo presidente de Francia al superar al actual mandatario Nicolas Sarkozy, lo que marca el regreso de la izquierda al poder tras 17 años de gobiernos conservadores. Según una media de las estimaciones de boca de urna dadas a conocer por los medios de comunicación franceses, Hollande fue elegido con el 51,9% de los votos frente al 48,1% de Sarkozy, al tiempo que la abstención se elevó al 19,2%.
“Europa nos mira. Estoy seguro de que al anunciarse nuestra victoria muchos países europeos se sintieron aliviados», afirmó exultante el ahora presidente electo en un discurso ofrecido en la plaza central de Tulle, en la céntrica región de Correze.
Y ante miles de enfervorizados militantes socialistas no dudó en asegurar que «la idea es que el ajuste no es la única salida. El crecimiento es la salida y eso es lo que diré lo más pronto posible, sobre toda Alemania y en nombre de nuestra amistad y la historia que nos une”.
La victoria de Hollande, de 57 años y quien nunca tuvo a su cargo un ministerio a nivel nacional, supone una alternativa a la política de ajuste y austeridad para enfrentar la crisis económica impulsada por la Jefa del Estado alemán, la canciller Angela Merkel, y el propio Sarkozy.
El regreso de la izquierda francesa al poder convierte a Hollande en el segundo presidente socialista en la historia de la V República, después de Francois Miterrand, quien gobernó el país galo entre 1981 y 1995.
Por su parte, Sarkozy asumió la responsabilidad de la derrota y anunció su alejamiento de la vida política.
“Porto toda la responsabilidad de esta derrota porque soy un hombre que asume sus responsabilidades. Soy el presidente, el jefe, y cuando hay una derrota es el numero uno el que tiene que asumir”, aseveró.
Sarkozy es el 13er. jefe de Estado de la zona euro que pierde el poder desde 2009, cuando los efectos de la crisis financiera comenzaron a sentirse en los 17 países que utilizan el euro como moneda, entre ellos el griego Georges Papandreu, el italiano Silvio Berlusconi y el español José Luis Rodríguez Zapatero.
Antes de dirigirse a París para celebrar con las decenas de miles de militantes que colmaron la parisina Plaza de la Bastilla, Hollande se dio un baño de masas en su región natal y una caravana lo acompañó hasta el aeropuerto de Brives, donde tomó el avión que lo transportó a la capital.
“Los franceses escogieron el cambio al llevarme a la Presidencia. Mido el honor que me otorgan y la tarea que me espera y me comprometo a servir a mi país con la ejemplaridad que requiere la función», expresó sobre el escenario montado a los pies de la Catedral de Tulle.
“Estos últimos años hubo demasiadas fracturas, recortes, frustración para separar a nuestros ciudadanos, pero eso se terminó», aseguró en claro mensaje hacia los muchos electores consevadores de Francia.
Una vez finalizado el discurso, un grupo de acordeoneonistas tocó el tradicional tema «La Vie en Rose», popularizado entre otros por Edith Piaf, y Hollande, tras recibir un ramo de rosas rojas (el símbolo del socialismo) retomó la palabra.
“!Gracias Correze! Si yo hubiera imaginado que en esta plaza, que como alcalde ayudé a refaccionar, iba a pasar esto…», dijo antes de confesar casi en un grito: «¡Sí, lo había imaginado!”, para mezclarse entre el público mientras decenas de guardaespaldas buscaban no alejarse del mandatario electo.
La participación de los franceses en las urnas fue del 81,2%, según el Ministerio del Interior, una cifra importante pero inferior a la segunda vuelta de la presidencial de 2007, donde Sarkozy se impuso a la socialista Ségolene Royal.
Por la tarde, mientras en Francia regía la veda electoral, los medios de comunicación francófonos de Bélgica y Suiza daban a conocer encuestas a boca de urna anticipando la victoria socialista.
No obstante, la información que comenzó a circular al promediar la tarde de la anulación del acto previsto en la plaza de la Concorde por la coalición Unión por una Mayoría Popular (UMP), fue un signo inequívoco de la derrota del oficialismo conservador.
“Otra época se abre, en esa época seré uno de ustedes, mi lugar ya no será el mismo. Después de 35 años de vida política y 10 años en las máximas responsabilidad es del Estado (cinco años ministro y cinco presidente), mi compromiso será diferente. Me preparo para ser un francés como los otros”, aseguró Sarkozy en un discurso marcadamente personal en la sala de conferencia La Mutualité en Paris.
La derrota convierte a Sarkozy en el presidente más efímero en la Quinta Republica francesa, pues sólo el conservador Valéry Giscard d’Estaing no logró ser reelecto en 1981. En ese entonces, sin embargo, los periodos presidenciales eran de siete años y no cinco como lo determinó el referendo del año 2000.
Hollande asumirá el poder el 15 de mayo, día en el que develará los integrantes de su gobierno. Mientras las especulaciones se suceden en los medios de comunicación, un sondeo de Ipsos publicado este domingo por France 2 afirma que Martine Aubry, primera secretaria del PS, es la preferida (26%) por los electores de izquierda para ocupar el puesto de como primer ministro.
Entre las primeras actividades que deberá afrontar el nuevo presidente de la quinta potencia mundial, será una reunión esta semana con Merkel, mientras que entre el 17 y 18 de mayo participará de la Cumbre del G8 en Camp David, dos días después de haber asumido el poder.
Y algo de lo que hablará con la canciller alemana fue anticipado este domingo por Hollande frente a sus enfervorizados militantes.
«La idea es que el ajuste no es la única salida. El crecimiento es la salida y eso es lo que diré lo más pronto posible, sobre todo a Alemania y en nombre de nuestra amistad y la historia que nos une», aseguró.
Pese a que la elección presidencial acaba de finalizar, los partidos continuarán en campaña para las elecciones legislativas del 10 y 17 de junio, donde los franceses deberán votaran para renovar los 577 diputados, un comicio clave para el socialismo puesto que de no obtener mayoría deberá negociar con las otras fuerzas políticas para diagramar su gobierno.