Ricardo Costes inspiró y dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron.
A sus 30 años dejó este mundo Ricardo Costes, o ‘el Rika de la gente’, como prefería ser nombrado.
Desde pequeño fue diagnosticado con distrofia muscular, una enfermedad genética que deteriora progresivamente la masa muscular.
Ningún diagnóstico lo detuvo de hacer lo que le gusta ni apagó su pasión por el deporte. Participó de maratones y dirigió un equipo de futsal que llevó a la categoría principal.
Fiel seguidor de River, formó parte de la Filial Enzo Francescolli que hoy lo despide con gran dolor, como cada uno de sus allegados y conocidos.
Con unas sentidas palabras supo describir lo que significaba el fútbol en su vida. “La vida me dio 2 piernas, pero nunca pude practicar este deporte. Había 2 opciones… quedarse triste preguntándose por qué o levantar la cabeza, creer que todo es posible y que no hay límites”.
Allí destacó que “hoy tengo mi equipo en la categoría principal de futsal, no como jugador pero si como DT. Y no seré el mejor pero día a día sé que voy mejorando”.
“Y me preguntan por qué… ¿Por qué tan enfermo del futbol? ¿Por qué te hace feliz y también te hace llorar? ¿Por qué volvés tarde de entrenar? Con lluvia, viento, frío… en auto colectivo o caminando con tus jugadores. ¿Qué te da el futbol? Y cómo explicar el amor por la pelota, futbol, la bocha, la caprichosa o como quieran llamarla… No todos lo entenderán pero a mí EL FUTBOL ME LLENA EL ALMA”, escribió en aquella ocasión.
El ‘Rika’ supo mirar la vida con optimismo hasta el último momento y contra todo pronóstico, sobreponiéndose a cada operación o tratamiento que le tocara atravesar.
Su fuerza y entereza sirvieron de inspiración para quienes lo conocieron, porque siempre demostró que su pasión por la vida y el deporte fueron más grandes que cualquier adversidad.
