El indicador de JP Morgan, referencia para los bonos de la deuda, se estabiliza después de haber alcanzado las 1.011 unidades antes del mediodía. Persiste la incertidumbre de los inversores.
Las dudas de los inversores sobre el futuro de la economía argentina, de cara a las elecciones presidenciales de octubre, provocaron este jueves nuevos desarmes de posiciones en activos locales y una firme alza en los niveles del Riesgo País, que se ubicó en máximos de cinco años.
Sin embargo, después del mediodía se produjo una fuerte reversión en la tendencia del mercado, en buena medida motivada por las compras de oportunidad, frente a títulos públicos que ya estaban plasmando en precios un improbable escenario de default en 202.
Tras superar los 1.000 puntos básicos por primera vez desde 2014, el indicador elaborado por el banco JP Morgan, que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro norteamericanos respecto de sus similares de economías emergentes, ahora resta seis unidades, a 944 puntos básicos.
Poco después de las 11 de la mañana llegó a marcar 1.011 puntos básicos, en sus niveles máximos desde el 5 de febrero de 2014, cuando cerró en 1.018 puntos.
La atención también se centró en el mercado cambiario, después de que el dólar sondeara niveles máximos históricos en términos nominales, ante una persistente demanda de divisas de carteras de inversión. El incremento de la tasa de política monetaria del Banco Central en 267 puntos básicos, por encima del 71% anual, devolvió algo de tranquilidad a la atribulada operatoria cambiaria.
«Los inversores, ante las últimas encuestas que muestran que Cristina de Kirchner tendría una ventaja de casi 9 puntos sobre Mauricio Macri, temen no sólo por lo que podría hacer la ex Presidente en un nuevo gobierno, sino que además desestiman la capacidad de un segundo mandato de Cambiemos para estabilizar las variables económicas», advirtieron desde Research for Traders.
Una señal de racionalidad para un mercado alterado fue la que aportó Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía de Áxel Kicillof, durante la presidencia de Cristina Kirchner, quien desmintió enfáticamente que desde ese sector de la oposición se esté debatiendo la posibilidad de una reestructuración compulsiva de la deuda. «Argentina no tiene ninguna necesidad de defaultear», subrayó.
Fragilidad en el valor de los activos
«Si no hay credibilidad, los agentes económicos no creen y forman expectativas diferentes y totalmente desalineadas a las expectativas del Gobierno y sus políticas. Los agentes se protegen, adoptan comportamientos defensivos, la demanda de dinero cae, las presiones cambiarias e inflacionarias aumentan, y la política termina fracasando», señaló un informe de la consultora Economía & Regiones.
Portfolio Personal Inversiones subrayó que «los inversores locales y sobre todo internacionales salieron masivamente de las acciones y bonos haciendo añicos sus cotizaciones y, tanto el riesgo país como los seguros contra default, se disparan y parecen no tener techo».
Los bonos soberanos llegaron a caer más de 5% en dólares en la última rueda. La baja de precios de la deuda argentina se pronunció incluso después de que el presidente Mauricio Macri declarara a la radio LT29 de Venado Tuerto que «está todo cruzado por la elección, el mundo duda que por ahí los argentinos quieren volver atrás y eso da mucho miedo al mundo, aumenta el Riesgo País, toman posiciones defensivas».
El Riesgo País argentino se sostuvo holgadamente sobre los 1.000 puntos básicosdurante el gobierno de Cristina Kirchner, cuando el juez de Nueva York, Thomas Griesa, falló a favor de los holdouts. El 22 de noviembre de 2012 alcanzó los 1.147 puntos básicos.
Diez años atrás, durante la crisis financiera internacional, rozó los 2.000 puntos, el rango más alto de la gestión de Cristina Kirchner, en 1.960 puntos el 15 de diciembre de 2008 y el 25 de marzo de 2009.
El Riesgo País argentino alcanzó un récord histórico en el momento más delicado de la crisis económica de 2001-2002, luego del colapso de la convertibilidad y la declaración del default de la deuda. El 7 de agosto de 2002 el indicador de JP Morgan cerró en 7.222 puntos, durante la presidencia de Eduardo Duhalde.
Luego de la reestructuración de deuda de febrero de 2005, con Néstor Kirchner como Presidente y Roberto Lavagna como ministro de Economía, sondeó niveles mínimos de 184 puntos, el 26 de enero de 2007.