Juan Martín «Tinti» Escobar y Guillermo Casamayú tienen 36 años, son oriundos de Comodoro Rivadavia y se conocen desde muy pequeños y además de ser pilotos profesionales comparten la pasión por la aventura y la aviación. Ambos, crearon el «Correcaminos» un avión experimental construido en la ciudad y que ya recorrió la Argentina, llegó hasta Alaska y ahora buscará hacer lo propio hacia las Islvas Malvinas.
Cabe destacar que el proyecto «Correcaminos» se originó a comienzos de 2013, producto de sueños comunes que los fundadores lograron fusionar. Surge con la idea de fabricar un avión experimental apropiado que cumpla con la doble función de diversión y transporte, que pudiera volar por la Patagonia, por Argentina y más allá. Que sirva como herramienta para la ciencia y la investigación.
Luego de esos sueños e ideas se comenzó con parte del diseño, construcción y ensamblado de un avión experimental. Se trata de un aerodino que tiene una performance apropiada para operar en la región. La velocidad, la autonomía, los bajos costos de operación y la capacidad de aterrizar en pistas cortas son algunas de las virtudes de este experimental, como así también la eficiencia y la seguridad.
El avión es un Van’s RV-7, apodado como «El Correcaminos», porque la historia representa al dibujito animado en la cuál un plumífero nunca es atrapado, es astuto y gracioso y que el pasado miércoles 3 de agosto arribó a la ciudad luego de concretar la travesía aérea de 40 mil kilómetros para unir la ciudad de Ushuaia con Alaska. Ahora se prepara para viajar hacia las Islas Malvinas.
«La verdad que en el viaje Patagonia-Alaska la realidad superó a la imaginación y fue mejor de lo que nosotros imaginábamos. Estamos muy contentos porque no solo construimos un avión en la Patagonia, sino que es una herramienta que además la convertimos en el primer proyecto argentino de aviación experimental que se relaciona con la ciencia y pone un mensaje ambiental, desafiando a todo el resto. Es una emoción muy linda», comentó el propio Escobar a El Comodorense.
Continuando, agregó que «nos gustan las historias con finales felices y el objetivo no era llegar a Alaska, sino trasmitir el mensaje de que todo se puede lograr, desde la construcción de un avión hasta imaginarse que con una herramienta de este tipo y con buena voluntad e intención se pueden lograr cosas infinitas. Llegar a Alaska es la frutilla del postre».
Viaje a Islas Malvinas
Por otro lado y con respecto a la nueva aventura de ir hacia las Islas Malvinas en octubre, el entrevistado puntualizó: «La siguiente expedición que queremos hacer es a las Islas Malvinas y la idea se da simplemente porque es un destino patagónico. No tenemos nada que ver con la guerra, sino que este avión se hizo en el taller de un excombatiente y antes los aviones iban con bombas, hoy nosotros si podemos concretar este viaje iremos con un mensaje ambiental también para el cuidado del planeta y para la aventura y desafío aeronáutico de volar hasta las Islas. Será un lindo viaje y podremos medir que resultados tenemos», cerró.
