Un informe elaborado por Coninagro demostró que el precio que recibe el productor crece hasta un 400% en su paso por el Mercado Central de Buenos Aires, y un 900% en el valor final que pagan los consumidores.
Los precios de las frutas, como naranja, mandarina y el pomelo, que aportan vitamina C, no paran de crecer ante la pandemia y el alza en las góndolas solo la frena la falta de ventas y la crisis económica -detalla Infobae-. Para el productor, los precios máximos establecidos por el gobierno no se respetan y el valor que recibe en las fincas crece hasta un 400% en su paso por el Mercado Central de Buenos Aires, y un 900% en el precio final que pagan los consumidores.
Nicolás Carlino, productor de cítricos en Corrientes y consejero de Coninagro, explicó que el productor por un kilo de mandarina o naranja para jugo cobra entre 8 a 10 pesos cargada en el camión fuera de la tranquera, mientras que en las verdulerías o supermercados parten de un valor que fácilmente se cuatriplica o quintuplica.
Esto llevó a Carlos Iannizzotto, presidente de la entidad cooperativista, a reconocer que “el control de precios” promovido por la administración de Alberto Fernández “no está teniendo efecto: el sector agropecuario seguirá produciendo porque la oferta de productos hace bajar los precios y es por eso que proponemos acordar un sistema de premios y castigos en la cadena comercial”.
“Es decir qué si se cumple con el acuerdo de precios y se cuida el bolsillo de los ciudadanos y consumidores, el comercio (o el supermercado) debe tener la posibilidad de contar con un bono fiscal que le permita pagar cualquier tipo de impuesto o bien acceder a créditos blandos”, explicó Iannizzotto, quien consignó que esta “es una idea sobre la que trabaja la entidad en materia tributaria».
Producción
Al relevar el precio que recibe el productor de cítricos, Carlino reconoció la gran dispersión de valores que reporta la cadena comercial y la diferencia que existe entre el precio que se recibe en las fincas y el que paga el consumidor en las góndolas.
”Por la mandarina o la naranja para jugo –explicó Carlino–, el productor cobra entre 8 y 10 pesos por kilo. Si es de ombligo y de calidad, podría llegar a 12 pesos en la finca. El pomelo rojo se paga a 15 pesos por kilo y el limón entre 8 y 9 pesos. Al revisar lo que paga el consumidor, el precio mayorista para la naranja ronda los 40 a 50 pesos por kilo en el Mercado Central, y en las verdulerías ese valor sube un 100%, es decir que la naranja al consumidor final llega a 100 pesos el kilo, mientras que hoy en el Mercado Central, una buena naranja se vende entre 350 y 400 pesos el cajón de 18 kilos, es decir un valor de 22 pesos, que es al precio que lo compra el verdulero que puede perder o tirar un 20% de la fruta”, explicó.
Un relevamiento realizado por Infobae permitió visualizar al pie de las góndolas de los supermercados más accesibles en el ámbito metropolitano, que el kilo de naranja o mandarina de calidad inferior, se paga desde 50 pesos. De igual modo sucede con el pomelo rojo, que se abona 80 pesos por kilo, y el limón, desde un precio de 43 pesos.
Según indicó el informe de Coninagro, lo que ocurre con el precio que reciben los cítricos al salir del establecimiento de producción y lo que paga el consumidor final, “no es muy distinto de lo que ocurre con el resto de las economías regionales”. La entidad reconoce que más allá de que los precios resultan muy ajustados para lo que es la estructura productiva del agricultor citrícola, para los establecimientos productivos, resulta vital, y más en tiempo de crisis sanitaria y económica, mantener la cadena de pagos funcionando.