El mercado de la carne en Argentina enfrenta un escenario complejo, donde la recomposición de precios parece lejana.
Leonardo Rafael, presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), explicó que aunque hay ciertas mejoras en los precios de la hacienda liviana, “los precios de venta al público siguen rezagados respecto a la inflación”.
Según datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC), entre enero y agosto de 2024 la suba fue del 70,6%, pero los valores en mostrador no reflejan ese aumento.
Rafael señaló -según publica TN– que esta situación es insostenible para el sector y para los consumidores: «La diferencia de precios entre los terneros livianos y el consumo se ubica en más de $500, lo que nos lleva a una pregunta inevitable: ¿Cuál es el punto de equilibrio para el consumo, con valores tan elevados de la invernada?».
Los bajos salarios frenan el ajuste de los precios de la carne
Actualmente, esta brecha afecta la rentabilidad de los productores y el acceso a la carne por parte de los consumidores, agravado por la pérdida de poder adquisitivo.
A pesar de la caída en las ventas, sobre todo en cortes populares como el asado, la primavera podría traer cierta recuperación, aunque el horizonte sigue siendo incierto.
Esta falta de demanda limita cualquier ajuste en los valores que permitan una recuperación sostenida del sector.
La participación por eslabón en la cadena de valor de la carne bovina mostró variaciones significativas en los últimos meses.
Según el informe de CAMyA, el precio promedio de la carne vacuna en agosto experimentó un incremento del 1,2% en comparación con julio, se situó en un valor que refleja un aumento interanual del 198%.
En tanto, en las carnicerías experimentó un aumento del 1,4% durante agosto, lo cual marca un incremento del 186% en comparación con el mismo mes de 2023.
En los supermercados, el precio promedio de la carne mostró una variación más moderada del 0,5% respecto al mes anterior, pero un incremento del 227% interanual.
Además, el precio promedio de la media res registró una variación del 0,9% en relación con el mes anterior y un aumento del 191% en comparación con agosto del año pasado.
Caída de la faena bovina en agosto
El informe indicó que durante agosto se faenaron 1.191.195 cabezas de ganado, lo que representa una caída del 5,71% con respecto al mes anterior y un descenso del 3,91% en comparación con el mismo mes de 2023.
En agosto, el peso medio de faena se situó en 231 kg por res con hueso, lo que representa una variación interanual del 2,39%.
La oferta total de carne, medida en kilogramos equivalentes res con hueso, alcanzó las 275.576 toneladas, y registra una disminución del 1,62% en comparación con el mismo mes de 2023.
Consumo interno en baja y exportaciones en alza
El consumo aparente de carne bovina en agosto fue de 47,6 kg por habitante al año, lo que indica una leve baja del 0,21% respecto al mes anterior y una significativa disminución del 11% en comparación con agosto de 2023.
Durante el período de enero a agosto de 2024, el consumo promedio se mantuvo en 46,2 kg por habitante al año, reflejando una tendencia a la baja en la demanda interna de carne.
Por otro lado, las exportaciones de carne bovina alcanzaron 85.056 toneladas equivalentes res con hueso en agosto, lo que representó un aumento del 18% en relación al mes anterior y un crecimiento del 1,8% frente al mismo mes de 2023.
En el acumulado del período enero-agosto de 2024, las exportaciones totalizaron 611.417 toneladas, un 5,6% más que en el mismo período del año anterior, lo que evidencia una sólida demanda externa.
El precio promedio de la tonelada exportada en agosto de 2024 fue de US$4.345, lo que representó una disminución del 6,1% respecto al mes anterior.
En recientes ruedas comerciales del Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), los precios de novillos y vaquillonas parecían estar listos para un incremento, con remates en todo el país y precios “explosivos” en la invernada.
Sin embargo, destacó Rafael, “todo estaba alineado, pero faltaba una mesa de la pata: el bolsillo del consumidor”.
Rafael señaló que «el bajo poder adquisitivo del salario sigue siendo el principal obstáculo para pensar en una recomposición de los precios ganaderos», lo que dificulta cualquier ajuste en el sector.