Los analistas políticos, en especial de los medios y de la sociedad chubutense, deben tener tela para cortar a borbollones, porque casi todos los días se producen hechos y acciones que a su vez generan reacciones para poner en una mesa, desmenuzarlos y poder aportar claridad a quienes los escuchamos, leemos o miramos.
Si sumamos las variables de la división del PJ, generada fundamentalmente por la impericia de la conducción para poder sostener a quienes pretendimos un lugar de opinión y participación lógica para seguir el rumbo emprendido; en dos sectores bien definidos, la impensada determinación personal del Gobernador de adelantar seis meses una elección general y nueve una interna o la dilatación de bendecir a sus candidatos ante el silencio tétrico de quienes obedecen en esa tensa espera; el panorama no es pequeño ni sencillo.
Quedaría casi en el anecdotario el Congreso Provincial que preside José González donde no se nos permitió tomar parte sólo con nuestra voz y un reducido puñado de votos que no alteraría, en absoluto, los resultados finales alcanzados.
Pero surge a pocos días de comenzar un calendario reducido electoral, una determinación que, si bien sorprende a los más novatos, no pasa con los más avezados: Mario Das Neves se abre del Partido Justicialista para formar parte de un nuevo sector político nacional junto a Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Francisco De Narváez, Mauricio Macri, Rodríguez Saa y otros encolumnados muy lejos, casi diametralmente opuestos, al proyecto del PJ que lleva adelante el Gobierno Nacional.
Cualquier afiliado al PJ Chubut o quienes somos autoridades partidarias, nos preguntamos: ¿cómo, dónde, porqué, quienes? han decidido esta definición. La respuesta es clara: el Gobernador Das Neves lo anuncio desde Buenos Aires y puso en jaque a sus fieles seguidores que, minutos antes, requerían a dirigentes del Nuevo Espacio que fueran a internas en la provincia.
Lo grave o complejo, al menos, es que el PJ Chubut no es un partido provincial y además tiene constituidos sus órganos conductivos de manera legal y fehaciente y, como en otras oportunidad, ninguno de ellos ha formado parte de esta determinación.
Sin poner en juicio de valor lo que haga un mandatario y sus fieles seguidores porque les asiste el derecho, la cuestión de fondo es que en ese mismo Congreso se aprobó el financiamiento de una campaña nacional que hoy pasa a ser de un sector ni siquiera constituido legalmente.
El bono solidario, más los aportes del diezmo partidario, desde el Peronismo del Chubut, pueden ser destinados según criterio o determinación de una sola persona. Tan inédito como inexplicable.
Creo que haber logrado elección y re elección de una sociedad, con un proyecto en marcha exitoso en muchos aspectos y flojo en otros, no habilita a la “propiedad” de quien lo conduce, por más que sea el “primer gran” elector, como gusta que lo denominen.
Si a nivel nacional “el que pierde acompaña es ser hipócrita y los Kirchner son la representación de la hegemonía y corrupción” según lo dicho por Das Neves, la consulta es ¿y en casa que hacemos?, porque nos hemos servido largamente de esas “hipocresías y corrupciones”.
La historia nos ha demostrado que el Peronismo supera largamente a los hombres y hasta los nombres más encumbrados, si no pregunten por Cámpora, Firmenich, Menem, Cafiero, Martínez, etc.
Lo cierto aquí es que debería, razonablemente, haber una nueva convocatoria al Congreso Provincial para definir, mediante un debate serio y razonable, los pasos siguientes como partes de un movimiento nacional.
De lo contrario seguiremos navegando en un mar de incoherencias con un capitán de barco que piensa más en si mismo y su círculo íntimo que en una tripulación que ha remado y contribuido al desarrollo del proyecto.