El fenómeno OVNI tomó otra dimensión por las nuevas revelaciones de la NASA y de un piloto estadounidense que dio su versión ante el Congreso de ese país en Washington. Fue David Grusch, un ex oficial de inteligencia militar, quien frente a los senadores declaró que el Pentágono ocultó durante varias décadas información sobre los objetos voladores no identificados que surcaron los cielos del hemisferio norte.
En Argentina, también hay casos de pilotos de avión que denunciaron incidentes con este tipo de objetos voladores no identificados. “Mi oficina es el cielo”, asegura Pablo Ducau en diálogo con Infobae. Este hombre de 59 años, vuela hace 40 y lleva acumuladas 16.000 horas en el aire, publicó Infobae.
“Empecé con planeadores y avionetas. Siempre en el ámbito civil”, recuerda Ducau. Con el tiempo pasó a aviones grandes en vuelos comerciales y también aeronaves en servicios privados.
Piloto con experiencia
Hasta ahí una historia más de un joven argentino que cumplió su sueño de volar. Despegó cientos de veces de casi todos los aeropuertos argentinos. Sufrió turbulencias y aterrizajes más complicados, sin ningún hecho grave en sus 40 años de piloto.
Sin embargo, un vuelo del 2011, más exactamente del 23 de noviembre de ese año, cambiaría su vida para siempre. Al menos, lo haría ver con otros ojos el fenómeno OVNI y los relatos que recorren el mundo. El piloto en ese momento ya llevaba casi 30 años de trabajo y nunca pensó que algo lo sorprendería en el aire.
Ese día, Ducau fue llamado de urgencia para un vuelo sanitario a Ushuaia. Era el atardecer de una tarde de primavera con poco viento. “Las condiciones para volar eran perfectas. Buena visibilidad y sin tormentas en el horizonte durante todo el trayecto hasta el sur de la Patagonia”, relata Pablo a Infobae, casi como si el hecho hubiera sucedido ayer.
El avión, un learjet 35, despegó con un ascenso escalonado porque venía con los tanques completos de combustible. “Luego de dos horas, con la pérdida de peso, logramos llegar a la altura de crucero estipulada que eran los 43.000 pies. Esto es por arriba de los aviones comerciales tradicionales. Así, por arriba nuestro no podría haber volado nada”, resalta Ducau.
Una luz en el horizonte
Cuando promediaba el viaje y mientras el médico y la enfermera dormían en los asientos, se dio el avistamiento. “Volábamos sobre el mar argentino a la altura de Comodoro Rivadavia –recuerda Ducau, mientras en su mente le vuelven las imágenes de ese momento-. Era una noche clara. Entonces, en el costado derecho del avión apareció una luz brillante y rojiza. Nunca había visto nada igual”.
Ducau como le gusta decir trabaja en el cielo. “Es mi oficina”, resalta. En varios de sus vuelos nocturnos pudo ver Venus, Marte o un tren de satélites sobre su aeronave. Sin embargo el episodio de noviembre del 2011 no era nada de eso. “La luz que cambió del rojo al rosa se movía delante nuestro. Yo estimo que lo hacía a 2.000 kilómetros por hora, aunque es difícil estimarlo en forma precisa por la oscuridad del cielo –explica Ducau-. Entonces, me comuniqué con la torre de control de Comodoro. Me informaron que no había otro avión en la zona. Sólo un vuelo de Aerolíneas que había salido de Tierra del Fuego pero aún estaba muy lejos”.
La torre de control de Comodoro no tenía radar en ese momento y no pudo registrar el paso del objeto no identificado. “La luz se acercaba a nuestro avión y en un momento quedó arriba nuestro por unos 30 segundos – cuenta Pablo con lujo de detalle-. Luego hizo una maniobra imposible, aumentó su velocidad creo que unas 50 veces y desapareció en el horizonte”.
El avistaje en total duró unos 10 minutos, calcula Ducau. En todo ese momento, el piloto se mantuvo en calma. “Más sorprendido que asustado”, aclara. “Los pilotos estamos preparados para vivir situaciones de estrés y poder resolverlo sin problemas”, cuenta Pablo.
Tras cruzarse con la luz que lo siguió durante unos minutos en el cielo patagónico, Ducau siguió con su trabajo de piloto aéreo hasta la actualidad. “Hice el informe y desde la Fuerza Aérea nunca me convocaron, ni lo tomaron en cuenta. Es grave porque el incidente es al menos la intrusión en el espacio aéreo argentino de un objeto no identificado”.
Sin investigación oficial
En este caso, a diferencia de otros, la Fuerza Aérea no lo trató. De esta manera, no brindó su versión de lo que ocurrió en el cielo sobre el mar argentino a la altura de Comodoro Rivadavia.
“No puedo explicar exactamente qué fue. Pero sí estoy seguro que se trató de un OVNI. Esto quiere decir un objeto no identificado. Las maniobras que hizo, en la altitud que estaba y la velocidad con la que se perdió en el horizonte hace imposible que se trate de una aeronave terrestre”, resalta convencido Ducau.
Esta semana Ducau lanzó junto al CEFORA (Comisión de Estudios del Fenómeno Ovni de Argentina) la propuesta de crear un organismo que recopile los relatos de pilotos que hayan vivido este tipo de avistajes en América Latina. El plan es conformar ALAS (América Latina para aeroespacios seguros) para enumerar estos episodios y proteger los cielos de la región.
“Muchos pilotos pasaron por situaciones similares a la mía, pero no lo dicen por miedo a sufrir represalias -argumenta Ducau-. Algunas Aerolíneas sancionaron o despidieron a pilotos que difundieron sus contactos con los objetos voladores no identificados”.