Los precios del petróleo cayeron más de 6,6% en Nueva York el martes, y continuaron bajando a medida que la producción de crudo subía a niveles récord en Rusia y Estados Unidos, en un momento en que la demanda de energía podría aumentar.
El barril de “light sweet crude” (WTI) para entrega en enero, referencia en Estados Unidos, cayó 3,28 dólares para cerrar en $46,60, su nivel más bajo desde agosto de 2017.
Este lunes había terminado por debajo de los simbólicos 50 dólares por primera vez desde octubre de 2017.
Ya perdió casi el 40% desde su pico reciente a principios de octubre.
En el Intercontinental Exchange (ICE) de Londres, el crudo Brent procedente del Mar del Norte para entrega en febrero acabó en Londres cayendo hacia las 19:45 GMT 3,17 dólares (5,3%) y tenía un valor de 56,44 dólares.
A los inversionistas les preocupa que se vean al mismo tiempo multiplicarse los signos de una desaceleración en la economía global, que se traduciría en una menor demanda de energía, y el aumento de la producción de petróleo crudo en algunos países.
“La estabilización del mercado petrolero ya es parte de la historia antigua y el efecto de la reducción en la producción anunciada por la OPEP se ha evaporado por completo”, dijeron analistas del Commerzbank.
Ante la caída de los precios, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordaron a principios de diciembre con sus socios, incluida Rusia, reducir su producción en aproximadamente 1,2 millones de barriles por día (mbd) a partir de enero.
Pero el lunes, “Rusia informó que su producción de crudo ha alcanzado un nivel récord de 11,42 mbd en diciembre”, señalaron los analistas del Commerzbank.
Además, la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) anticipó un aumento en la producción de petróleo de esquisto de 134.000 barriles por día entre diciembre y enero, aunque la producción ya se encuentra en un nivel récord en el país.
