Otra vez la violencia. Otra vez el camino del hacer valer la fuerza, la mano pesada, el tirar la piedra y esconder la mano o romper con la complicidad de quienes se suman en silencio.Esta vez le tocó al Gobernador de la provincia Mario Das Neves y al Diputado del PROVECH Ricardo Sastre, en un acto de inauguración de obras y anuncios nuevos para la comunidad de Puerto Madryn.
Son varios los hechos que involucran a determinados dirigentes que, como mínimo, no han sido responsables de contener las demandas y poder expresarlas, aún enérgicamente, de una forma civilizada.
La rápida expresión de todos los sectores sociales y políticos de repudio al hecho, considerando que involucra al principal mandatario de un Estado provincial, se hizo fuerte como para reconsiderar acciones y actitudes que van más allá de un hecho puntual.
Repasando rápidamente medios de comunicación vuelven a escena otras agresiones que no han sido debidamente esclarecidas a dirigentes sociales de Puerto Madryn, a los propios sindicalistas y trabajadores portuarios de Rawson, a sectores movilizados de desocupados en Trelew, al ex Presidente de la Nación Néstor Kirchner y el Secretario de pesca de la Nación en su visita a Madryn, a militantes peronistas en Comodoro Rivadavia, a un grupo de trabajadores de la misma UOCRA de la ciudad petrolera, etc. Son sólo algunos pequeños grandes ejemplos.
Todo esto enmarcado en una serie de idas y vueltas de discursos más que subidos de tono, declaraciones periodísticas agresivas y el permanente reproche hacia el otro, hacia quien no comulga con la idea de quien los expresa.
Es necesario establecer un minuto de reflexión. Al menos un minuto.
Es importante que en cada casa, en la ronda familiar, en el grupo de amigos, en el club, pero por sobre todas las cosas, en las conducciones políticas, sindicales, sociales y empresariales se pueda reflexionar sobre cuales son las causas que nos llevan a movilizar esa violencia.
La palabra mal utilizada, la chabacanería, la respuesta irrespetuosa, la no atención de quien consulta, la agresión hacia la persona, la acusación dura y certera para quien opina o actúa diferente, son algunos de los disparadores principales de nuestros tiempos.
Siembra vientos y cosecharás tempestades señala el dicho que abarcaría a más de una acción que se ha efectuado en nuestra provincia.Necesitamos despojarnos de la soberbia que muchas veces nos inunda para pensar y actuar con ese don que se cultiva, la humildad, y que muchos confunden con una condición económica o social.
Tenemos sobradas muestras en nuestra historia que la violencia, cualquiera sea la forma, sólo produce más violencia. Y puede volverse incontenible.
Necesitamos una dirigencia conciente de su responsabilidad, una Justicia activa e independiente en defensa de quienes más los necesitan y un pueblo que no sea pasivo y sólo comente en un café, para ser protagonistas activos de las variadas oportunidades que genera la Democracia, el imperfecto pero mejor sistema de vida conocido por nosotros, si es que queremos algo mejor para nuestros hijos.