Por sólo 14 votos de diferencia, la Cámara de Diputados votó la moción de confianza para aprobar un plan de ahorro por 54 mil millones de euros. Es el segundo recorte impulsado por el Gobierno desde el inicio de la crisis.
De nada ha servido la manifestación que convocó el pasado 6 de septiembre la mayor central sindical de Italia, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL, por sus siglas en italiano), porque la Cámara Baja del Parlamento italiano ha sacado adelante, con 316 votos a favor y 302 en contra, la moción de confianza que permitirá votar esta tarde un controvertido proyecto de austeridad por valor de 54.200 millones de euros.
Berlusconi ha vuelto hacer uso de la moción de confianza para pasar el proyecto, como ya hizo en el Senado hace una semana. Esta estrategia (la 50º vez que recurre a ella desde que comenzó el Gobierno) le permite acelerar la aprobación de determinadas leyes al no tener que debatir la norma o las enmiendas en el Parlamento.
A pesar del rechazo social, a este proyecto se le suma otro aprobado en julio que ha programado un ajuste de 79 mil millones de euros para 2014 con un recorte de las pensiones y de los beneficios fiscales, el retraso de la edad de jubilación y el copago sanitario.
El programa que será aprobado este miércoles contempla, en cambio, la subida del IVA del 20% al 21%, un incremento de los impuestos en un 3% para las rentas que superen los 300 mil euros y la ampliación de la edad de jubilación para las mujeres de los 60 a los 65 años a partir de 2014.
Este plan, aprobado por el Consejo de Ministros en agosto, también contempla la reducción del gasto de la administración social y de los ministerios.
La CGIL estima que las familias perderán al año entre 1.200 y 1.800 euros (entre US$ 1.700 y US$ 2.500) con los recortes y los nuevos impuestos que ha aprobado primero el Senado y luego la Cámara de Diputados.
Según el diario italiano La Stampa, «desde el punto de vista contable, se trata de un resultado muy significativo: es la «señal» de que Italia debía mandar a los mercados internacionales y a nuestros colegas europeos. Desde el punto de vista social, el plan representa, en cambio, un verdadero sacrificio.
Ejemplos de lo que esto significa los ofrece el diario italia La Repubblica: una pareja joven, con una hipoteca, pagará 904 euros más de tasas para el año 2014 (US$ 1.412); un asalariado con mujer y dos hijos deberá abonar 676 euros más para ese año (US$ 954); y un viudo de unos 80 años, pagará 400 euros más de impuestos para dentro de tres años (US$ 565).
En detalle
Italia es la tercera economía más grande de la región, y su deuda pública es la segunda más grande de toda Europa, por detrás de Grecia, con un déficit que alcanza el 120% de su PIB.
Como ya ha sucedido en Irlanda, en Grecia, en Portugal y en España, el gobierno italiano ha llevado con rapidez al Parlamento las medidas de ajuste que reclaman los mercados para apaciguarse, aunque eso no fuera nunca una garantía.
A ello se suma la reforma constitucional que aprobó primero Alemania y después España, para tomar una iniciativa sin precedentes: establecer en la carta Magna, un techo en el gasto público, o dicho de otra forma, darle una jerarquía constitucional a una medida partidaria y muy aplaudida por el Banco Central Europeo (BCE).