El niño sirio falleció en un naufragio en las costas turcas en septiembre de 2015, cuya foto dio la vuelta al mundo, sacudiendo las conciencias de muchos. Junto a Alan perdieron la vida su hermano y su mamá.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que, la tarde de este domingo, 7 de marzo, al final la Santa Misa celebrada en el Estadio “Franso Hariri” de Erbil, “el Papa Francisco ha encontrado al señor Abdullah Kurdi, padre del pequeño Alan, quien naufragó con su hermano y su madre en las costas turcas en septiembre de 2015 cuando con su familia intentaba llegar a Europa.
Cercanía del Papa con los migrantes
Asimismo, en la comunicación difundida por la Oficina de Prensa a través de telegram, se dio a conocer que, “el Papa habló largamente con él y, con la ayuda del intérprete, pudo escuchar el dolor del padre por la pérdida de su familia y expresarle su profunda participación y la del Señor en el sufrimiento del hombre”. Por su parte, el Sr. Abdullah expresó su gratitud al Papa por sus palabras de cercanía a su tragedia y a la de todos los emigrantes que buscan la comprensión, la paz y la seguridad abandonando sus propios países incluso a riesgo de sus vidas.
La historia
Alan y su familia, sirios de etnia kurda, se encontraban a bordo de una pequeña embarcación de goma, que volcó poco después de salir de Bodrum (Turquía). Al menos 20 personas iban a bordo, con la intención de llegar a la isla griega de Coo, que está a unos 4 kilómetros de distancia. Era la noche del 2 de septiembre de 2015. A la mañana siguiente, las autoridades turcas recibieron informes de varios cuerpos en la orilla. Fue un camarero quien descubrió el cuerpo de Alan, ya que estaba de guardia en un hotel cerca de la playa turca. Él y otro hombre trasladaron los cuerpos a la playa para evitar que sean arrastrados por las olas. Al día siguiente, el pequeño fue enterrado junto con su madre Rehana y su hermano Galib, un poco mayor que él, que también fueron víctimas del naufragio. Una familia destruida.
La fotografía
El niño fue fotografiado por la fotoperiodista turca Nilüfer Demir. La tía de Alan, Tima Kurdi, comentó: «Hay algo en esa foto. Dios ha encendido la luz para despertar al mundo». La foto dio la vuelta al mundo, llegando a todos los hogares, abriendo una ventana al dolor de tantos migrantes. En los meses siguientes, el cuerpo sin vida de Alan, tendido en la playa, fue representado por artistas de todos los continentes para mantener vivo su recuerdo.