Desde la Díócesis de Comodoro Rivadavia, elevaron un mensaje a la comunidad, firmado por el Obispo Joaquín Gimeno Lahoz y dos de sus auxiliares, por la requisitoria de ciudadanos acerca del modo de accionar del Gobierno provincial en el decreto publicado y refrendado por los municipios. Indicaron que no fueron avisados con anterioridad ni consultados, y que no ha habido más diálogo sobre distanciamiento y/o aislamiento social que el generado por ellos mismos hace algunos meses “cuando con enorme insistencia, buscamos canales que fueron resueltos con el ministro de Salud, de Gobierno y con el secretario de Culto de la Nación. Texto completo de la carta:
“No estamos de acuerdo con esta modalidad de cercenar derechos de modo inconsulto y después de meses que al igual que el resto de la ciudadanía, hemos tolerado el avance sobre derechos resguardados por la Constitución y por tratados internacionales, nos parece que ya es momento para buscar otras metodologías.
Cuando logramos la habilitación, el marco de referencia fue el ámbito de comercios y gastronómicos; encontramos allí la analogía posible por espacios cubiertos, cercanía de personas, etc. Si bien la comparación era objetable desde dos perspectivas: no presentaba el derecho a la expresión religiosa ni su importancia en la vida de las personas; tampoco subrayaba el hecho de ser mucho menos riesgosa porque no precisamos estar sin barbijo, no manipulamos objetos, no entra y sale gente, no estamos tanto tiempo como cenando, etc.
Al impedirnos al menos esta equiparación nos resulta inquietante que los permisos y habilitaciones tengan como única variable la incidencia económica de las mismas; nos parece que mercantiliza la vida de las personas y reduce el valor de nuestros vínculos al rédito monetario. Si este es el camino, seguirá habiendo reuniones de trabajo, de acuerdos políticos, etc. y los abuelos seguirán sin ver a sus familias, los enfermos sin un último abrazo o mirada.
En ningún momento le hemos quitado importancia a la peligrosidad del virus; en los meses de aislamiento lo hemos cumplido estrictamente y en los de distanciamiento hemos instrumentado con enorme rigor los protocolos; prueba de ello es que no hay nexos epidemiológicos que vinculen las celebraciones del culto católico con contagios. Seguimos afirmando y sosteniendo lo rigurosos que debemos hacer en el cuidado y en el distanciamiento social.
Si realmente el momento reviste de tal gravedad como para volver a prohibir toda actividad religiosa, entonces que eso se refleje en algo coherente que trata por igual a todas las actividades. Es inadmisible y de extrema gravedad el modo arbitrario en el que aquellos que les compete la elaboración y firma decretos se arrogan facultades claramente reñidas con el sistema que hemos elegido que nos rija y por el que muchos en nuestra patria han dejado su vida.
Algunos profesionales y científicos plantean la posibilidad que la vacuna ‘probablemente’ esté disponible en el segundo o tercer trimestre del año que viene.
Creemos y nos seguimos comprometiendo en extremar los cuidados; nos preguntamos de qué manera vamos a cuidar mancomunadamente la vida, la alimentación, salud psicológica y espiritual de nuestro pueblo. Qué espacios de acompañamiento, de escucha, de sanación humana y espiritual se piensan como posibles más que restricciones y aislamientos que vemos que no dan resultados y generan todo tipo de dificultades anímicas, sistémicas en la gente. Qué plan se propone de manera proactiva en este tiempo.
A pesar de todo lo expuesto el ministro de Salud nos ha insistido en el delicado momento que vive por la pandemia nuestra provincia, aceptamos su recomendación casi convertida en ruego para suspender las actividades los próximos 15 días. Gracias a Dios, en esta provincia plural y diversa, como Iglesia Católica no estamos sentados en la mesa de los poderosos, ni tenemos incidencia en las decisiones, nuestra única fuerza son ustedes, el santo pueblo de Dios: su clamor, su sostenida caridad acrisolada en estos meses de pandemia que quiere ser sostenida por la oración y el culto, su convicción que no alcanza con el encuentro personal, sino que necesitamos de la comunidad… por eso aceptamos y nos esforzamos en los distanciamientos y en las medidas preventivas, por eso estamos atentos y celosos de preservar nuestros derechos, por eso no queremos ni aceptamos más este modo en donde lo que se habilita o no, es decidido en modo arbitrario”.
Junto a Lahoz, firmaron el comunicado los obispos auxiliares de la Diócesis de Comodoro Rivadavia, Roberto P. Álvarez y Alejandro P. Benna.