En junio, las ventas cayeron un 5% en las grandes superficies comerciales. El consumidor elige segunda o tercera marca o a la de los supermercados.
Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados, trazó un panorama crítico para el sector. «El negocio de los supermercados está muy complicado, la situación está muy fea», resumió, en declaraciones radiales.
«Las compras y las ventas es el único dato que podamos dar con cierto rigor y ha caído en el último mes (junio) un 5% en volumen. En cuento a precios, la situación está muy cambiante, cuando se habla de una suba de precios de una empresa después hay que ver cómo termina el arreglo. A veces tienen listas de precios con aumentos, pero con bonificaciones porque el fabricante sabe que la venta está en caída y ese precio aumentado no se aplica hasta dentro de unos días. También hay listas de precios que se retiran», explicó el portavoz supermercadista.
«En los últimos tiempos la mayoría de las marcas que se destacan son las de segundo orden y no las líderes. Eso marca algo: la gente pasa a la segunda o tercera marca o a la de los supermercados», enfatizó. Asimismo, en diálogo con radio La Red, Aguirre identificó los productos más afectados por la subida del dólar: atún, sardina, palmitos y algunas bebidas importadas. «Ahí la devaluación pega de lleno», aseguró.
Aguirre admitió que se registraron aumentos de productos masivos por encima de la inflación oficial, que hasta mayo acumuló 11,9%, pero para los primeros seis meses se estima entre por arriba de 15%.
«En los últimos dos meses, en promedio, se puede hablar de entre 10% y 15%, pero después hay que ver los primeros meses del año. Sería un 20% total, eso sería algo significativo. Pero también hay que ver qué pasa ahora, porque algunos retrotrajeron listas de precios, que no quiere decir que es el precio final, porque cuando el mercado empiece a ‘tirar’ de nuevos algunos van a querer volver al precio que necesitan, cuando haya demanda», destalló Aguirre.
Por otra parte, el vocero de la CAS cuestionó las promociones de «3×2» y exhortó a los comercios porteños a realizar descuentos más claros. «Obligan a la gente a hacer cálculos para saber cuánto cuesta realmente el producto y la duda es si el día anterior el producto no se subió para que después la promoción deje el precio final al que tenía el día anterior, y es un engaño. Todo eso empieza a perder fuerza», dijo Aguirre.