El mito del «palo verde»: ¿Alcanza 1 millón de dólares para vivir de intereses y dejar de trabajar?

Convertirse en millonario y disfrutar de la vida en una playa paradisíaca del Caribe es una fantasía que solo muy pocas personas pueden concretar. Obviamente los motivos son muy sencillos: son contados quienes logran reunir esa…

domingo 10/10/2021 - 13:15
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Convertirse en millonario y disfrutar de la vida en una playa paradisíaca del Caribe es una fantasía que solo muy pocas personas pueden concretar.

Obviamente los motivos son muy sencillos: son contados quienes logran reunir esa cantidad de dólares y quienes lo consiguen deben dedicar buena parte de su tiempo para evitar que su capital se desvalorice con el correr del tiempo.

En tal sentido, la inflación en EE.UU., que en términos anualizados se ubicará cerca de 4% encendió luces de alarma entre los analistas y operadores de los mercados financieros, ya que son muy pocas las opciones que surgen para evitar que se erosionen los montos invertidos.

La inflación en los Estados Unidos es una variable crítica que hay que tener en cuenta

Pocas alternativas frente a la inflación de EE.UU.

Con esta realidad surge la gran pregunta: ¿en qué invertir un millón de dólares para no perder capacidad financiera? La respuesta dependerá de los riesgos que se quieran asumir y del nivel de actividad que se esté dispuesto a asumir con la inversión.

Sobre este punto, Gabriel Holand, CEO de HRGlobal, sostiene que «la inflación anual proyectada para EE.UU. es cercana al 3,6% según el Consumer Price Índex».

«A partir de este piso inflacionario, cualquier inversión que rinda menos que eso correrá una suerte parecida, es decir perderá frente a la inflación», agrega Holand.

Es por eso que invertir en los bonos soberanos de EE.UU. y Alemania pierde todo el atractivo que tuvieron hasta no hace mucho tiempo.

A manera de ejemplo, un bono del Tesoro de los EE.UU. de 10 años paga apenas el 1,66%, pero si se considera su par alemán, la cuestión es mucho peor, ya que la tasa es 0,11% negativa.

Tampoco es muy tentador colocar ese monto en un Certificado de Depósito en un banco de EE.UU., pues las tasas de interés que se paga ronda el 0,5% anual, por lo que apenas rinde unos u$s5.000 al año por tener el dinero inmovilizado.

Entonces, según Holand «para conseguir rendimientos en bonos que se acerquen a la inflación internacional se debe buscar algún título que no sea «Investment grade», lo cual implica asumir algún riesgo, por lo que muchos inversores conservadores desecharían esta posibilidad.

Otra alternativa es bucear en el mercado de acciones estadounidense o europeo, en especial el alemán, algún papel que tenga categoría AAA, lo cual también obliga asumir ciertos riesgos, dada la volatilidad que vienen mostrando.

Hay que diversificar mucho y tomar riesgos

En este escenario, una opción que se presenta es «elegir una Nota del Tesoro americano, que a lo largo de su vida útil, es decir 10 años, rinda «medio punto all in», sostiene el experto de HR Global.

Traducida esta definición, significa que si se invierten u$s300.000, aportarán una renta de u$s15.000, por encima de la inflación.

«Con el 70% restante sería conveniente comprar un conjunto representativo de las acciones más sólidas del S&P 500 de Wall Street, si es que las hay», considera Holand.

¿Por qué esta mezcla? Porque esos u$s15.000 que le devengaría la T Note le permitiría sostener, en el peor de los casos, una pérdida del 10% en las cotizaciones de las acciones.

«Es por ello que lejos de hacer las operaciones iniciales y olvidarse, obligaría al a inversor entrar y salir del mercado bursátil en forma casi permanente», agrega Holand.

Las acciones son un camino, pero hay riesgos

La otra opción que se le presenta a un inversor de corte conservador sería adquirir cuotas de un fondo de inversión compuesto por acciones de buena calidad y que también tenga la posibilidad según su reglamento de quedarse en efectivo si la cosa viene mal o invertir en bonos conservadores la porción de efectivo autorizada.

Por su parte, Mariano Sardan, CEO de FDI Global, sostiene que «en este contexto de alta inflación, y ante el diferencial de tasas entre los bonos de EE.UU. y de otros países, los inversores institucionales están haciendo una especie de bicicleta financiera, arbitrando entre ellos».

En cuanto al inversor local, «es evidente que si va a bonos, las tasas no lo van a proteger contra la inflación. Es por eso que no tiene otra opción que invertir en acciones. Si bien hoy el mercado está caro, hay algunas de ellas en las que aun se puede entrar», agrega Sardans.

Pero lo que debe quedar en claro es que ante los vaivenes que registra el mercado, en los últimos meses las carteras de inversión fueron virando de una posición defensiva frente a un dólar débil a una que de a poco comenzó a incluir algunos rubros como agro, energíainsumos y el segmento financiero, siempre con empresas tradicionales.

«Si hoy se debe conformar una nueva cartera, esta debería ser más táctica que estratégica. Para ello debería incluir un 35% de bonos americanos, otro 50% de acciones globales y el resto en T Bills, que no tienen spread ni comisiones, pero aportan liquidez inmediata, por lo que permitirían estabilizar cualquier fluctuación de la cartera de acciones», agrega el CEO de FDI.

Conclusión: u$s1 millón no es sinónimo de multiplicar el dinero

Más allá de la forma en que se conforme la cartera, «es fundamental tener bien en claro dos cuestiones: las comisiones que se cobran, pues existen marcadas diferencias según el tipo de entidad y por el efecto Covid, la forma en que se ordenan los patrimonios familiares y la toma de decisiones», concluye Sardans.

En definitiva, si se llega a ese tan ansiado monto, lejos de pasarla bien en una playa solitaria, lo más probable es que en la batalla contra la inflación, el dueño de ese dinero pase mucho tiempo viendo la forma de tratar de ganarle, solo o de la mano de un broker.

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